Producción: Maggie’s Plan
Director: Rebecca Miller
Año: 2015
Plataforma: Cartelera
En 5 líneas esta película:
Es comedia romántica
Es divertida
Tiene buen guión
Proporciona un buen punto de vista femenino
Es superada por su elenco
Las historias de Rebecca Miller son conocidas por tener un toque de su ideología feminista, y una de las características de esta directora es que no tiene miedo a poner a sus personajes femeninas en jaque por ello. Maggie’s Plan no es la excepción. Miller usa un guión con elementos clásicos de la comedia romántica: mujeres planean y hombres reaccionan, pero es interesante ver su manejo de temas como la preferencia por la inseminación artificial ante formalizar un matrimonio, o una pelea de egos entre sexos en ámbitos profesionales.
Con un inicio al estilo Woody Allen, Miller opta por invertir el triángulo amoroso: Maggie, interpretada por Greta Gerwig, es una negociadora de arte en Nueva York, quien se describe como capaz cuando el resto de las personas la llaman controladora. Ella decide embarazarse por inseminación artificial, y el donante es un compañero de universidad de quien solo requiere sus genes. Mientras intenta quedar embarazada, Maggie conoce a John Hardin, interpretado por Ethan Hawke, un escritor frustrado tanto con su novela inconclusa como con su matrimonio con Georgette, interpretada por Julianne Moore. Maggie y John se enamoran y la historia se transporta dos años después, cuando los amantes viven juntos y cuidan de su pequeña hija. No obstante, Maggie se encuentra desencantada con su vida, y las razones por las cuales se enamoró de John son las mismas por las que quisiera alejarse. Al no poder terminar su relación por ella misma, Maggie opta por convencer a Georgette de recuperar a su esposo.
Miller dirige con gracia una trama con giros abruptos y que da saltos, pero sabe bajar el ritmo para incluir escenas que son tan absurdas como adorables, como la de la consumación de Maggie y John, probablemente la mejor de la película. A través de toda la cinta hay un balance de sinceridad y sátira que permite que Miller juegue con sus personajes. Todos tienen algún aspecto negativamente notorio, pero a la vez es fácil reírse de ellos; se toman exageradamente en serio, y es por eso que funciona la comedia, porque no podemos evitar burlarnos de esto mismo.
La única falla de esta cinta, y no resulta ser tan mala, es que la selección de actores es superior a la trama. Gerwig le atina perfectamente a Maggie, excéntrica y dulce, hace que nos encariñamos con ella en vez de que nos desagrade. Bill Hader y Maya Rudolph son espectaculares como Felicia y Tony, y merecían más tiempo en pantalla. Ethan Hawke hace simpático y gracioso a John, quien realmente es desafortunado, pícaro, y que constantemente necesita que Georgette y Maggie resuelvan sus problemas. Pero la actriz que más brilla es Julianne Moore; Georgette es un cliché de una europea intelectual viviendo en la Gran Manzana, con sus atuendos de plumas y acento grueso. Pero como en todas sus actuaciones, Moore entrega una sensibilidad y vulnerabilidad que vuelve a este personaje el más gracioso de la cinta.
Es fácil poder relacionarse con la historia de Maggie; el autodescubrimiento de una mujer joven que cree conseguir lo que quiere, pero solo consiguiéndolo descubre lo que realmente necesita. Maggie’s Plan no es necesariamente una película que marque la trayectoria de Miller, pero es generosa en sus formas de representar a la mujer y las opciones de vida que se les presentan en sociedades modernas.