Producción: Mamma Mia! Vamos Otra Vez (Mamma Mia! Here We Go Again)
Director: Ol Parker
Año: 2018
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película: 

Es a la vez precuela y secuela

Junta al elenco nuevo con el original

Cumple en mantenerse interesante

No logra balancear sus dos tramas

Se extrañan elementos de la primera parte

 

 

 

Corría el año 2001 cuando un director australiano llamado Baz Luhrmann estrenó en cines una peculiar película protagonizada por Ewan McGregor y Nicole Kidman; el musical, titulado Moulin Rouge!, era una stravaganza de plumas y purpurina acompañada de algunas de las canciones más románticas de todos los tiempos, pero reinventadas para encajar con la historia. Estrenada en el Festival de Cine de Cannes de ese año, la producción además estuvo nominada a ocho premios de la Academia, incluyendo mejor película.

A la fecha, críticos y académicos consideran a Moulin Rouge! como la película que revivió el género musical; desde entonces, grandes producciones han deslumbrado las salas de cine, desde Chicago (Marshall) en el 2002 hasta La La Land (Chazelle) en el 2016 y, por supuesto, la película que nos trajo aquí hoy. Mamma Mia! Here We Go Again es la secuela de Mamma Mia!, un jukebox estrenado en el 2008 basado en la obra de Catherine Johnson, Benny Andersson y Björn Ulvaeus y cuya historia se desarrolla entre los éxitos más famosos de la agrupación sueca ABBA.

Con Here We Go Again! avanzamos en dos narrativas diferentes, luego de los eventos de la primera parte: Por un lado vamos cinco años hacia el futuro, donde ahora Sophie se está haciendo cargo del hotel y busca que su madre esté orgullosa con un fastuoso evento que promete poner el parador en el mapa; por el otro lado, viajamos hacia el pasado, cuando Donna recién se graduaba de la universidad y se lanzaba a la aventura, buscando su destino en una isla griega y conociendo a tres apuestos extraños en su travesía.

Dejando de lado las canciones de ABBA que todos (sí, todos) amamos, el atractivo principal de la secuela es ver al nuevo elenco emular a sus contrapartes mayores, así, tenemos unas Donna, Tanya y Rosie jóvenes, y con ellas unos Harry, Sam y Bill apenas en sus veintes, todos ellos llevados a la pantalla por Nina Gold, la excelencia andante de casting para producciones de habla inglesa. Lily James, Jessica Keenan Wynn, Alexa Davis, Hugh Skinner, Jeremy Irvine y Josh Dylan se unen al reparto, siendo que Keenan Wynn haciendo de la Tanya setentera es una de las mejores actuaciones de las dos películas.

Como cereza del pastel está Cher, con una aparición especial como Cher, la abuela de Sophie Sheridan y, por lo tanto, madre de Donna. A pesar de no tener tanto tiempo en pantalla como el resto de los actores, es más que suficiente para que esta diva legendaria robe cámara e interprete un par de números musicales que el mundo no sabía que necesitaba escuchar.

Phyllida Lloyd es remplazada por la dirección de Ol Parker, más conocido en el medio por su película del 2005 Imagine Me & You; Parker, a pesar de no contar con una larga lista de créditos en su filmografía, cumple en mantener el bedazzle general que popularizó la primera entrega, en especial en los aspectos técnicos y los espectaculares números musicales como Waterloo y Super Trouper. A pesar de que claramente decidió mantenerse fiel a lo que ya había construido Lloyd en el 2008, es innegable su influencia por aquí y por allá, más obvia en la secuencia que acompaña When I Kissed The Teacher.

Con toda y su aparatosa producción, Mamma Mia! Here We Go Again no logra levantar en narrativa y por poco se derrumba en su propia historia, puesto que no logró balancear las dos líneas de tiempo que maneja y mientras que a la del pasado le pone todo la energía, el tiempo presente carece de emociones, expectativas, riesgos y desarrollo como tal, y más bien pareciera que solo fue un pretexto para traer de vuelta el elenco original. Y a Cher.

Here We Go Again no es la película del verano, pero es una buena película para disfrutar mientras dure el verano, como el amor joven que tanto se empeña en profesar como mantra. Lo más importante aquí es que el género musical sigue vivo y, mientras se lo permitamos, seguirá encantando nuestras pantallas con canciones que vamos a terminar tarareando de camino a la salida del cine, lo queramos aceptar o no.

 

 

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