Producción: Color Out of Space
Dirección: Richard Stanley
Año: 2019
Plataforma: Festival Mórbido

 

En 5 líneas esta película:

Es una adaptación del clásico de H. P. Lovecraft

Está protagonizada por Nicolas Cage y su cara maniaca

Es la primera película de ficción de Richard Stanley en 27 años

Es multicolorida

La disfrutarán más los amantes del género

 

  

 

Según la historia original, El Color que Cayó del Cielo, del celebre H.P. Lovecraft, un extraño meteorito caído en las tierras de una zona rural desprende partículas de un color no conocido por el humano. Le pregunto a usted, querido lector, ¿Cómo sería un color no conocido por el humano? Aquí sí la palabra inimaginable encaja perfecto. En una adaptación cinematográfica representar esto es no menos que imposible. Aún así, Richard Stanley, el reconocido director de películas de género y uno de los cineastas admiradores del padre del terror cósmico, logra una fascinante, luminosa y multicolorida adaptación.

Stanley regresó a la creación de una película de ficción tras veintisiete años. Después de su último trabajo, Dust Devil (1992), el cineasta tuvo diversas complicaciones en lo que parecía su tercer largometraje, The Island of Dr. Moreau, al grado que una serie de acontecimientos provocaron que la película fuera terminada por John Frankenheimer. Estos años de ausencia al parecer le sentaron bien para alcanzar una efectiva adaptación con una marcada visión autoral a un escritor que, para bien o mal, se dice es inadaptable.

Color Out of Space no solo tiene la esencia de una cinta hecha por un admirador de Lovecraft dirigida para admiradores de Lovecraft, sino también a alguien que entiende la naturaleza de su obra literaria. Nathan Gardner (Nicholas Cage y su cara maniaca) vive en una aislada zona rural de Arkham, Massachusetts (lugar ficticio del universo lovecraniano), junto a su esposa Theresa (Joely Richardson), sus hijos –del menor al mayor– Jack (Julian Hilliard), Lavinia (Madeline Arthur) y Benny (Brendan Meyer), y un viejo ermitaño alguna vez electricista con un tremendo gusto por el cannabis, Ezra (interpretado, por si fuera poco, por Tommy Chong). Cierto día, el dichoso meteorito cae en su jardín, la roca si bien es pequeña despide un particular aroma y luces que no corresponden a su tamaño.

El acontecimiento se vuelve promoción para la alcaldesa del lugar, objeto de investigación para un joven hidrólogo recién llegado y una molestia para Nathan, quien ya tiene demasiado ordeñando sus llamas y lidiando con la dinámica de una familia preocupada por el cáncer de la madre. Sin embargo, el meteorito poco a poco despertará algo que conducirá a cada miembro de la familia a la destrucción y la locura.

Hay una evocación al cine fantástico ochentero alimentado por la setentera Encuentros Cercanos del Tercer Tipo (Spielberg, 1977) cuyos destellos y luces forman parte fundamental para el despliegue visual, por ejemplo, las luces de la casa de los Gardner asemeja una nave espacial. Pero, a su vez, Stanley proporciona una atmósfera más delirante que alcanza lo psicodélico, muy ad hoc para el descenso de esta familia hacia lo desconocido.

Color Out of Space es una película con más estilo que forma. Stanley usa el CGI como un medio más para alcanzar el cometido que como una forma de asombro, porque también hay un horror corporal digno de Cronenberg y La Cosa (Carpenter, 1982), lo cual aunado con la exagerada y maniática interpretación de Cage,  remitiéndonos otra película multicolor, Mandy (Cosmatos, 2018), nos ofrece tres destacables conclusiones: un deleite para los amantes del género, una de las mejores adaptaciones a Lovecraft y un triunfal regreso para Richard Stanley.

 

 

add_filter( 'the_title', 'max_title_length');