Película:  Nación Asesina (Assassination Nation)
Dirección: Sam Levinson 
Año: 2018
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película:

Es de suspenso

Tiene una narración irregular

Es estimulante en su primera parte

Mofa a la doble moral

Tiene violencia innecesaria

 

  

 

En 1953, el dramaturgo estadounidense Arthur Miller escribió una de las obras que lo catapultó a Broadway: Las Brujas de Salem. La historia, en esencia, está basada en los juicios de las brujas de Salem (Massachussetts). El texto, a su vez, es una suerte de alegoría a la persecución de posibles comunistas en Estados Unidos, mientras el senador Joseph McCarthy desempeñaba su cargo en 1950. Miller habla de los juicios a las mujeres que eran sospechosas de brujería en un pueblo lleno de puritanos paranoicos. 

Pero, ¿por qué recordar ese texto de Miller? Actualmente, la privacidad ha dejado de existir, seas famoso o no. Nadie está exento de ver sus ropas más sucias expuestas al escarnio público. Ser juzgado y atacado desde una pantalla y un seudónimo se ha vuelto el pan nuestro de cada día. 

Sam Levinson, director de la película Nación Asesina, retoma el argumento de la cacería de personas, pero le da un giro en donde cuatro adolescentes son perseguidas bajo la acusación de filtrar información personal de los habitantes del pueblo de Salem. Sin embargo, el pueblo persigue al enemigo incorrecto. Cierto es, las protagonistas se empoderan y hacen burla de la doble moral de un lugar que tiene cola que le pisen, pero esa reflexión se podría extender al país entero, al mundo entero.

La primera parte del largometraje es estimulante, sobre todo visualmente, pero termina cayendo en una violencia visual y física innecesaria. La gente saca su naturaleza salvaje y la vuelca hacia causas, que si bien son delicadas, también es cierto que la agresión se normaliza y se hace mofa de la muerte y de cómo estamos expuesto a todo y a todos.

La narración se vuelve irregular, pero conecta con una realidad tangible: la necesidad de ser visto y, paradójicamente, la paranoia de ser descubierto. 

A veces Nación Asesina recuerda a algo que pudo haber planeado Tarantino y, por otro lado, cae en los clichés típicos de las películas de Serie B. El humor negro está presente, pero justamente esto es lo que no permite que puntos interesantes de la película lleguen a buen termino. Al final, una vez que se supera la oleada de ultraviolencia, la cinta invita a una cierta paranoia ante el mundo y por qué no, algo de asco por lo cercano y tan normales son estos temas violentos, ¿alguna vez se irá el Big Brother?

 

 

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