Iver HernándezProducción: Nofinofy
Director: Michael Andrianaly
Año: 2019
Plataforma: FICUNAM10
En 5 líneas esta película:
Es una pieza documental de mínimo presupuesto
Aborda la vida en los barrios pobres de un poblado costero en Madagascar
Narra las andanzas de un peluquero en busca de un lugar para trabajar
Es un comentario social con acento estoico y espiritual
Es el debut directorial de su realizador
En el idioma malgache, hablado prácticamente por toda la población en Madagascar, donde transcurre esta historia, “nofinofy” se traduce literalmente como “fue un sueño”, en este caso, el sueño de Romeo, un peluquero en busca de un lugar donde establecer su negocio de forma definitiva. Habitante del poblado de Toamasina, en la costa este de la isla africana, Romeo, visto a través de los ojos del cineasta local Michael Andrianally, quien hace su debut como director con este documental, se abre como un sujeto apasionado por su labor y de semblante sereno, pero ideas muy claras respecto a su oficio, la vida y la política.
Como habitante de uno de los países mas pobres del mundo, Romeo debe lidiar con las maneras corruptas de su propio gobierno, el cual al inicio de la historia se encarga de desalojarlo de su local en la calle principal del poblado, por cambios en la administración y nuevas tarifas de uso de suelo de su local, que claramente no puede costear. A partir de ahí, Romeo deambula entre locales temporales, situados en los barrios bajos de Toamasina, donde debe lidiar con la escasez de servicios y el incremento en las deudas de su clientela habitual, incapaces de pagar las tarifas regulares, a lo que Romeo es orillado a tomar lo que pueda.
Bajo este contexto, la crónica de Andrinally no tiene un propósito sofisticado más allá de observar la vida de Romeo y quienes le rodean, con sus pesares y momentos de solaz. La pobreza y descontento social son un tema recurrente en las vidas retratadas, pero sus presencias son mas bien sintomáticas de vivir en Madagascar. Es en la aceptación de las circunstancias adversas y las decisiones al respecto donde radica el pulso de Nofinofy, derivado totalmente de la actitud de Romeo, quien con un pesar propio de quien a vivido en la carencia toda su vida, afronta con estoicismo cada desventura en su camino.
Es su fe religiosa, las amistades y el sentido de comunidad formado a partir de la convivencia con sus clientes, los pilares que le permiten al protagonista seguir soñando con encontrar un lugar para trabajar sin estar a merced de las tormentas que azotan la costa, o escondido entre los callejones mas pobres del poblado. Romeo, siendo como es, toma las cosas con conformismo, pero los valores que trata de trasmitir a los jóvenes que atiende, así como sus plegarias en la intimidad, ofrecen un razonamiento hacia lo espiritual en sus actitudes, y cuando al final, las mismas circunstancias se vuelven por un instante a su favor, el relato termina de adoptar una forma más cercana a la parábola que al comentario social, al ofrecer la alternativa natural al discurso político como motor de cambio, en los círculos donde la confianza en las estructuras socioeconómicas es nula: la providencia.
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