Producción: Norsemen
Creador: Jon Iver Helgaker, Jonas Torgersen
Año: 2018
Plataforma: Netflix

 

En 5 líneas esta serie:

Es una parodia épica

Su humor es oscuro y absurdo

Los personajes están bien definidos

Tiene una detallada producción y locaciones

Revela absurdos de la sociedad actual

 

   

 

Norsemen llegó a Netflix debido al éxito es su país de origen: Noruega, en donde se estima que el 20% del país (una población de cinco millones) vio la serie. Seamos sinceros, podemos esperar de Noruega un gran bacalao en el arcón navideño que rifaron en la cena de fin de año de tu oficina, pero difícilmente uno espera una comedia irreverente y bastante fuera de correcciones políticas. Además, a primera vista no te enteras que es una comedia hasta que alguien más te lo dice (la portada del catalogo no ayuda). Pero el prejuicio que pudiese haber al respecto de este trabajo se queda atrás desde el primer episodio.

La historia se sitúa en el siglo VIII y se enfoca en una comunidad vikinga que goza de todos los dogmas tribales de una sociedad salvaje. El jefe de la comunidad, Olav (Henrik Mestad), conoce las rutas a occidente y guía los saqueos y las matanzas que tanto entretienen a sus guerreros, entre ellos Arvid (Nils Jørgen Kaalstad) quien es su mano derecha y Frøya (Silje Torp) la única mujer de la tropa y ávida de violar monjes. Del otro lado esta Orm (Kare Conradi), quien es el hermano del jefe y ambiciona las bondades del trono a pesar de no saber empuñar una espada. Al sancocho se le agrega el hilarante y oscuro Rufus, un esclavo recién llegado de Roma y quien se niega a aceptar su realidad de vivir entre bárbaros. Esta minisociedad vikinga es una muestra de la era de los metales, donde los esclavos sobran y la sangre abunda; mostrándonos las pugnas por el poder, referenciando el estilo de dramas épicos como Game of Thrones y por supuesto Vikingos.

En Norsemen el tono épico solo es un pretexto para ecualizar ingeniosamente situaciones que van de un humor oscuro y contundente a uno torpe e inocente. Este equilibrio es entretenido y tira una linea que pretende ir más allá de una parodia simplona, porque cohabita entre chistes y la crítica de la composición social y cultural moderna. Los motivos y las actitudes de los personajes se unen en tonos tan neuróticos y narcisistas que parecen salidos de una comedia situada en nuestra actualidad. La falta de entendimiento de una era es un buen pretexto para hacer un paralelismo con la nuestra. No hay duda que el anacronismo es el mayor absurdo de esta serie; y la farsa es contundente debido al buen entendimiento del personaje cómico. Todos quieren algo, solo que nadie sabe cómo hacerlo. Los personajes principales están sobrados de motivación pero carentes de habilidades, y más que un héroe hay un no-heroe. Es grato ver que la irreverencia y el tono a veces surreal de lo grotesco no aparezca solo como simples ocurrencias del guion.

Esta comedia no tiene paja y sus episodios de treinta minutos lo demuestran. La versión disponible esta en ingles y no tiene doblaje al español, solo subtítulos. Si no te toco el bacalao noruego en la cena de fin de año no te apures, Norsemen se disfruta igual.

 

 

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