Producción: Orange is the New Black, temporada 6
Creada por: Jenji Kohan
Año: 2018
Plataforma: Netflix
En 5 líneas esta temporada:
Ahora sí es más drama que comedia
Corta a la mitad de su elenco protagónico
Se mueve a una nueva locación
Introduce nuevas antagonistas
No cumple en mantener su propio ritmo
La última vez que vimos a las reclusas preferidas de la televisión, fue en una de las mejores temporadas de la serie, donde por primera vez vimos a estas mujeres asumir un control libre de consecuencias, esas últimas tres palabras entre comillas. Luego del asesinato de Poussey Washington (no es spoiler si pasó hace dos temporadas), las presidiarias de la penitenciaría de Litchfield se amotinaron, tomando como prisioneros a los guardias y enclaustrándose por un periodo de cuatro días, exigiendo justicia por la mencionada muerte, entre otras cosas. Las negociaciones no salieron tan bien y lo último que vimos fue a un equipo de ataque irrumpir en la prisión.
En esta nueva tanda de episodios nos trasladamos varios días después del suceso, donde ahora estas mujeres que ya conocemos bien han sido trasladadas a la sección de máxima seguridad de la prisión, a enfrentar los cargos correspondientes al motín. No todas están ahí, puesto que la mitad del grupo fue enviada a diferentes centros penitenciarios. Caras familiares que nos dejan y caras nuevas qué conocer, mayoritariamente las de las que servirán como las antiheroínas de esta temporada.
La que comenzó siendo la historia de Piper Chapman, basada en la Piper Kerman de la vida real y cuya historia tras las rejas sirve como inspiración para esta serie adaptada para Netflix por Jenji Kohan, lentamente se fue convirtiendo en una dramedia coral que nos presentaba un variopinto grupo de personajes tan reales como cualquiera de nuestras vecinas o amigas de la infancia. A pesar de todo, Piper sigue siendo el hilo conductor de la narrativa y nuestra guía en este mundo de mujeres encarceladas.
Para la sexta entrega, Orange is the New Black prometía tomar un rumbo de regreso a sus orígenes, para recordarnos por qué nos hizo caer hipnotizados ante ella en primer lugar. Y aunque en esencia lo hizo, hablando de que tuvimos que volver a ver a las protagonistas acostumbrarse a un nuevo entorno, ahora en máxima seguridad, se sintió como si no fuera la misma serie que hemos estado siguiendo con pasión desde su estreno en el 2013, sino un spin-off, una secuela o una precuela de la original. La sensación general fue la de que algo no estaba funcionando.
En febrero del 2016, Netflix anunció que se había renovado la serie por tres temporadas más, es decir, hasta una séptima, y aunque no se aclaró si este trato estaba abierto a una extensión posterior, los rumores lógicos son que OITNB concluirá en el 2019, lo cual podría tener más que sentido tomando en cuenta el final de temporada más reciente, que no les vamos a spoilear. Si este fuera realmente el caso, es una pena que estos trece episodios se hayan sentido como los más flojos, siendo que deberían ser el puente entre todos los anteriores y el final.
Que sea lo que Dios quiera y, si de verdad estamos ante el ocaso de una de las favoritas de los que somos regulares de Netflix, ojalá el próximo año sí nos sorprendan con algo que nos haga recordarla con un agradable sabor de boca y no con esa sensación que deja un trago que nos tuvimos que terminar a la fuerza porque ya nos lo habían servido.