Producción: Orange Is The New Black: Temporada 4
Año: 2016
Plataforma: Netflix

 

En 5 líneas esta serie:

Es de drama y comedia

Tiene un gran elenco

Es ligera y entretenida

Tiene voz y mensaje

Fragmenta su historia entre muchos personajes

 

   

 

La cuarta temporada de Orange Is The New Black deja claro que la serie es hoy por hoy lo mejor que tiene que ofrecer la programación original de Netflix. La serie nunca se quiso ir por la grande, sino que apostó por una trama sencilla con picos dramáticos para completar cuando fuera necesario. Este modelo tal vez no tuvo el impacto mediático de otras series, pero al cabo de cuatro temporadas lo mejor que tiene la serie es la constancia de su calidad. OITNB tiene una bendición: no está limitada por las caras bonitas. Ya sea por decisión de la producción, o bien porque en la cárcel en general no hay muchas reinas de belleza, el casting de sus protagonistas está basado en talento histriónico, sentido opuesto a las series tradicionales donde se tiene que favorecer la buena genética, dejando de lado si la bonita puede llorar cuando se lo piden. De esta forma cada personaje de la serie cuenta con una gran actriz, seleccionada sin trabas para encajar en el molde de la historia, y por ende la serie tiene a su disposición un extenso elenco sobre el cual recargar sus viñetas. En la cuarta temporada, Piper Chapman, personaje sobre quien se centraba la serie en sus primeras temporadas (y Caballo de Troya del whitewashing) cede mucho terreno protagónico a sus compañeras, quienes responden a lo grande. Hoy en día Piper es tan importante como cualquier otro personaje, e inclusive fue relegada hacia las orillas de la premisa de final de temporada. Esta distribución de la trama entre tantos personajes tienes sus pros y sus contras. La serie gana en variedad y diversidad, y es más fácil tener pequeños momentos de calidad para cada personaje que muchos aciertos sobre un solo personaje. Por otro lado la serie pierde su pregunta dramática; más allá de pequeños arcos que a veces no duran más de tres capítulos, no parece haber una trama que hile toda la temporada. Hay muy poco en los últimos tres capítulos que hagan referencia a los primeros tres. Esta fragmentación hace que OITNB no sea la mejor serie para aventársela sin parar (el famoso binge), si no que se disfruta mejor un capítulo a la vez. Curioso que la mejor serie de Netflix no cuente con esa característica que dicha empresa revolucionó en la televisión.

La cuarta temporada de OITNB tiene mucha comedia muy al estilo al que nos tiene acostumbrado, un idealismo un tanto ingenuo que parece elegir como su respaldo, y un drama que por momentos funciona y por momentos se siente disonante del tono general de la serie. La cuarta temporada termina de manera muy distinta a la tercera, y parece quedarse a la mitad de su gran premisa que tardó 13 capítulos en introducir. Quizá este paro abrupto significa que habrá más continuidad conforme se acerque el momento en que Piper Chapman salga de la cárcel, momento en que probablemente termine la serie. Pero antes que eso suceda OITNB nos promete que cerrará la historia de cada uno de sus personajes, cuestión que seguramente llevará bastante tiempo.

 

 

 

 

 

 

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