Producción: Patria
Año: 2020
Plataforma: HBO
En 5 líneas esta serie:
Es de drama
Versa sobre el conflicto Vasco
Tiene tremendas actuaciones
Es una historia triste pero llena de esperanza
Es suave pero punzante
En algunas ocasiones el rechazo al melodrama se deriva de una defensa de la realidad, ya que esta última puede ser lo suficientemente cruda e impactante como para además andarla ensalsando. Ese es el caso de la serie Patria, de HBO, la cual sin duda por momentos podría confundirse con melodrama, si no fuera porque ante una mirada honesta a lo que tiene que decir, nos encontramos con esos momentos extremos de esta adolescencia humana, en la que vamos recolectando errores y soluciones; aquellos que por sí solo son tan inverosímiles que nos parecen una exageración de la vida diaria.
La serie es una adaptación de la novela homónima de Fernando Aramburu, y nos cuenta sobre el asesinato de un empresario (no es spoiler, de eso se trata la historia) durante los momentos más crueles del conflicto vasco. La historia se cuenta en tres líneas temporales: antes del asesinato, después del asesinato y muchos años después del asesinato, en el ocaso de la vida de la viuda del difunto, quien está en una última encomienda para lograr tener paz respecto al infame suceso. Bittori, interpretada magistralmente por Elena Irureta, regresa a su pueblo mucho tiempo después, con un solo cometido, pedirle al asesino de su esposo que le cuente todo como sucedió, pero sin espacio para el rencor, solamente para el concilio, y más aún, para la paz.
La historia de Patria nos hace notar magistralmente de dos aspectos: primero, que en el espíritu del ser humano no hay espacio para el odio y el rencor, ya que en la antesala de la muerte, los involucrados siempre van a buscar liberarse de esta carga. Habrán los que el orgullo los envenene hasta el final, pero será resistiéndose a la inercia que nos lleva a todos a resolver nuestros asuntos para poder morir en paz. Es la última prueba de cómo es que debe buscar vivir el ser humano. No siempre es así. No siempre hay final feliz. Segundo, Patria nos dibujó claramente cómo seguimos arrastrando ese instinto animal que caracterizó la vida en sociedad durante miles de años, donde nos solo nos podemos equivocar todos como personas, sino también podemos equivocarnos en conjunto, como grupo, desde una célula hasta un pueblo completo. Patria es un mea culpa y un perdón de los vascos hacia los vascos, quienes entre las atrocidades que cometieron, principalmente, fueron también un castigo para los suyos.
Se aprende mucho de esta gran historia, una que va más allá del entretenimiento. Una mención especial también para Ane Gabarain, quien interpreta tremendamente a la madre del supuesto asesino, sobre quien versa la carga de mostrar que en este triste capítulo tal vez víctimas fueron más que los caídos, aunque el precio que hayan tenido que pagar unos y otros tal vez no fue el mismo.