Producción: Let the summer never come again
Dirección:Alexandre Koberidze 

Año: 2017

Plataforma:  FICUNAM

 

En cinco líneas esta pelicula:

 

Es un experimento visual

Pone a prueba nuestra capacidad de asombro

Logra crear una introspección en nosotros

Tiene paisajes hermosos

Es capaz de probar nuestra paciencia.

  

El Festival Internacional de Cine de la Universidad Nacional Autónoma de México (FICUNAM) tiene en su repertorio el trabajo de jóvenes directores, que además de ser promesas creativas ponen en manos del festival sus obras más recientes para el deleite de los espectadores.

Y ese es el caso de Alexandre Koberidze, joven de 34 años originario de Georgia y promesa importante de la filmografía contemporánea, que presenta un metraje de 202 minutos en los que la experiencia visual muestra imágenes pixeleadas, ya que algunas tomas están grabadas con celular y al ser reflejadas en pantalla grande muestran otra experiencia.  Y deja la imperfección visual del trabajo como un acierto del festival.

Let the summer never come again, que es el nombre original de la cinta, muestra diversos paisajes inconexos de Tbilisi capital de Georgia. Gracias a las imágenes que logra con el celular construye un imaginario desde la propia limitación del aparto. Aunque también mezcla momentos con planos grabados en HD, de una memoria analógica de películas en 35mm y de proyectores que son la antesala a otros paisajes del film.

En este trabajo también podemos apreciar narraciones de voz en off que va relatando que suceden con el relato, además de manejar en muchas escenas silencios duraderos que consumen parte de la obra. Porque una narración es el registro de la ciudad, otra la intención del joven georgiano que sale de su pueblo con el anhelo de audicionar para el grupo de baile y lo accidentada que puede ser la vida para llegar a enamorarse de uno de sus clientes con tal de ganar dinero para sobrevivir. Lidiando con sus posibilidades con un constante movimiento.

 

 

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