La primera vez que supe de Terence Nance, fue durante la presentación de su ópera prima, An Oversimplification of Her Beauty (2012), en el marco del festival de opera prima de Nueva York. El director del festival en ese entonces describió la cinta como «una visión». Los sentados en aquella sala definitivamente pudimos entender a qué se refería con tal aseveración. La película es un relato íntimo entre ficción y biográfico, construido con múltiples capas que decir que rompen el cuarto plano se queda corto para describirlo. De Terence Nance no supe nada más (francamente creo que nadie en realidad supo de su opera prima tampoco), hasta que me di cuenta que estaba estrenando un show de variedad en HBO.
Random Acts of Flyness es justo el producto que esperaríamos del creador de An Oversimplification of her Beauty. El show hace todo lo posible por romper las estructuras existentes para uno de su tipo, en el que se discuten diversos temas de actualidad, ya sea mediante entrevistas o mediante viñetas actuadas. La serie resulta ser más un collage de distintas ejecuciones artísticas con un alto tono político (Terence Nance da la impresión de ser la clase de persona que rige su vida por el mote todo el arte es político), que en los primeros dos episodios de la serie se ha vertido principalmente en comentarios de raza y género.
Está de más decir que este programa es 100% y absolutamente para aquellos que lo reciban con una mente abierta o bien quieran una probadita de lo que es una creación de una mente, aparentemente, sin restricciones. Terence Nance nos enseña un mundo que posiblemente solo exista en algunos rincones de Brooklyn; nos enseña lo que para él debe ser la guía para una sociedad más equitativa, que rompa trasversalmente con algunos de los paradigmas que más se han resistido al cambio que se anuncia día y noche en los medios. Random Acts of Flyness es, pues, un manifiesto posmoderno y como tal, le va a resultar tóxico a algunos. Pero la intención, a final de cuentas, es entretener y alimentar el discurso. Si la intención fuera evangelizar, estaría incurriendo en su propósito los mismos errores que se aboca a criticar.
Eso sí, que no le quede duda: a esta producción, principalmente, lo que la define, es el desborde de talento.