Prácticamente a todo cinéfilo que se respete le gusta Wes Anderson. Más aún, pareciera que el poner a Wes Anderson en nuestra lista de directores favoritos va casi en automático para señalar que nos gusta cierta clase de cine, aquél que no llega a provincia. La realidad de las cosas es que el amado director hoy en día es ya una estampa del mainstream, pero lo que seguimos amando del director es que es el mainstream el que lo aceptó como es, y no él quien se tuvo que adecuar a lo que pedían las masas. Los geeks que disfrutamos en silencio la primera mitad de su filmografía nos sentimos reivindicados. Pero ahí es donde está el asunto a la hora de rankear sus películas: dime si te gustaba Wes Anderson antes de que fuera cool y te diré quién eres. Wes Anderson no ha tenido la necesidad de reinventarse a sí mismo, pero a nuestro parecer, tampoco se ha superado a sí mismo desde las grandes joyas que nos entregó al inicio de su trayectoria.
La excepción es el stop-motion, una aventura que inició recientemente dentro de su filmografía, una que disfrutamos enormemente y el estreno de su segunda película en este formato, Isla de Perros, es lo que provocó que la Cineteca Nacional abriera una retrospectiva del director, en cartelera de 18 al 31 de mayo, y la que a su vez nos obligó a dar el ranking definitivo según Bollo Negro de la filmografía de Wes Anderson.
Que lo disfrute.
9. Bottle Rocket
Año: 1996 (Primera en la filmografía)
Este primer largometraje del director deriva de un cortometraje homónimo realizado dos años antes. La historia, aunque sencilla, ya mostraba los elementos propios del realizador: primeros planos, tomas cenitales, una paleta de color siempre marcada por los altos contrastes en rojo, amarillo y azul, situaciones fuera de lo marcado como convencional y ya un característico humor basado en situaciones absurdas que le ocurren en este caso a una pareja de amigos (sus por siempre regulares, los hermanos Wilson). Otro elemento interesantes que marcará la carrera del director en cuanto a temáticas cinematográficas es la idea del viaje; su cine siempre estará marcado por esta idea, tal vez inspirado en las road movies del cine clásico norteamericano. Otro elemento característico será el tiempo y ritmo marcado a partir de canciones y música, principalmente rock clásico de los sesenta, que aporta fuerza a la historia. Volver a acercarse a esta película, después de tantos años, resulta una grata experiencia, pues demuestra la evolución de un estilo propio que se ha configurado con el paso del tiempo.
–Anye M.
8. Moonrise Kingdom
Año: 2012 (Séptima en la filmografía)
El séptimo largometraje del realizador inauguraría el Festival de Cannes 2012. Una película que ya se auguraba fresca, ligera y fiel a la estética de Anderson que, como en entregas anteriores, crea atmósferas llenas de color e imaginación cuya base son los detalles. Moonrise Kingdom está protagonizada por Kara Hayward (Suzy) y Jared Gilman (Sam), dos niños de doce años quienes, rodeados de conflictos familiares –ella, con unos padres con problemas e infieles, él, huérfano– deciden huir. En este escape, se conocen y se enamoran, decidiendo irse juntos pese a los obstáculos que este amor juvenil pero maduro, conlleva. La fortaleza principal de la pareja radica en la compresión del otro, en entender las necesidades y sueños que, hasta entonces, habían sido negados. Hay complicidad y comunicación entre los niños, no así entre los adultos que parecen ser más infantiles que los jóvenes. Vemos contrastes de música, encuadres de cámara, colores y, sobre todo, la excentricidad y originalidad de los personajes que caracteriza a Wes Anderson.
– Talia T.
7. The Darjeeling Limited
Año: 2007 (Quinta en la filmografía)
Tres hermanos, una mamá perdida, un viaje hacia el norte de la India y la búsqueda de la redención fraternal. Viaje de Daarjeling nos habla de las relaciones familiares y sus complejidades, el tema predilecto del director. El elenco mantiene sus fetiches: Owen Wilson, Adrien Brody o Angelica Huston, hasta Bill Murray tiene un cameo. En una de sus películas más atípicas, Wes Anderson nos propone revisar de cerca; sin los andamiajes horizontales típicos de su estilo, su cámara resulta menos acartonada y su puesta en escena se atiene a las circunstancias del entorno, sin recaer en todo su almidón al que nos tiene acostumbrados en sus cintas anteriores. En definitiva uno de los filmes más naturalistas de su filmografía.
– Carlos S.
6. The Grand Budapest Hotel
Año: 2014 (Octava en la filmografía)
Entre su filmografía, El Gran Hotel Budapest es probablemente la película que da a conocer la estética característica del director a todos aquellos que no lo seguían desde sus inicios, que para estas alturas estaba ya pulida y depurada, aunque también, esperada. Con el diseño de producción de Adam Stockhausen, la cinta rinde culto al detalle y da vida a un mundo diegético visualmente fascinante. Inspirada en la literatura de Stefan Zweig, la historia sigue las aventuras de M. Gustav (Ralph Fiennes), el excéntrico gerente del hotel más popular en Europa durante la posguerra y su amistad con Zero, su nuevo aprendiz. Como es usual en Anderson, la historia conecta perfectamente de maneras inesperadas, siempre apelando al humor. La producción es una parada obligada en su obra para disfrutar largo y tendido de su estilo.
–Sam S.
5. Isle of Dogs
Año: 2018 (Novena en la filmografía)
El regreso de Wes Anderson al cine de animación (stop-motion), después de casi diez años cuando estrenó Fantastic Mr. Fox (2009), nos hace preguntarnos ¿Por qué no ha hecho más cine de animación? Está claro que este medio se le da por las características de su cine: encuadres de perfecta simetría, el cuidado detallismo de su diseño de producción, la llamativa paleta de colores que escoge para cada película y, lo mejor de todo, en una cinta animada puede experimentar más con los elementos fantásticos de la temática. Isle of Dogs demuestra, una vez más, los alcances imaginativos de Anderson y prueba de ello es la manera en que presenta esta historia ambientada en un futuro Japón, con diferentes recursos y hasta libertades, por ejemplo para hacer de los idiomas un gag más. No hay personaje sin simpatía en la película, cada uno, aunque su participación sea corta, tiene su propio espíritu (recordemos al “¿de dónde sacas todos los rumores?”). No importa si prefieres a los gatos por encima de los perros, si eres de los que disfruta de tener una mascota (cualquiera) seguro vas a disfrutar y te vas a identificar con Isle of Dogs.
–Ivan E.
4. Rushmore
Año: 1998 (Segunda en la filmografía)
Rushmore tiene varios honores dentro de su haber, el primero de ellos es que nos da el gustó de disfrutar a Bill Murray y Jason Schwartzman en un duo humorístico como pocas veces se ha visto. Ambos actores se volverían estandartes de la filmografía del realizador, y dado que ambos también son iconos del humor deadpan, es difícil encontrar una película más Wes Anderson que esta. Pero la verdadera virtud histórica de la cinta es que es la primera con el reconocido y adorado estilo preppy de la filmografía de Wes Anderson. En esta película es donde, por arte de magia (ya que nada de esto se vio en Bottle Rocket), el director se atrevió a retratar en pantalla esa estética tan personal que lo llevaría a la mente de todos los cinéfilos; estilo que, por cierto, al día de hoy –ocho películas después– no ha abandonado. Rushmore, te estamos eternamente agradecidos.
–Santiago P.
3. The Life Aquatic with Steve Zissou
Año: 2004 (Cuarta en la filmografía)
La Vida Acuática con Steve Zissou cuenta la historia de un explorador/cineasta que emprende una misión de venganza luego de que un extraño tiburón devorara a su mejor amigo. El cine de Anderson tiene mucho de fábula y la historia de la tripulación del Belafonte no es la excepción: la historia de venganza que recuerda a Moby Dick, la desventura familiar y el homenaje a Jacques-Yves Cousteau son sólo algunos de los elementos que salen a flote en una primera revisión. Pareciera ser que Anderson se siguió de largo después del éxito de The Royal Tenenbaums, ya que el mismo Steve Zissou es una versión de Royal Tenenmbaum. Pero el realizador supo darnos más de aquello que nos había enamorado de su tercera película y al mismo tiempo inventarse más elementos para su filmografía, entre ellos el primer coqueteo con el stop-motion y algunas secuencias de acción. Life Aquatic es también una película única por pequeñas joyas que la definen, como un gran soundtrack de Seu Jorge covereando a Bowie y hasta una gran referencia al Submarino Amarillo. Todos los elementos de Wes Anderson están en esta película, incluido el reparto de primera, que reúne a figuras como Bill Murray, Angelica Houston, Jeff Goldblum, Cate Blanchett y hasta Michael Gambon, el mismísimo Dumbledore. Esta cinta representaba un Anderson regocijándose en haber encontrado su voz, en la etapa más prolífica de su carrera.
–Qornelio R.
2. Fantastic Mr. Fox
Año: 2009 (Sexta en la filmografía)
Por vez primera, Wes Anderson adapta una obra ajena, en este caso, el clásico infantil Fantástico Sr. Zorro, de Roald Dahl, utilizando la técnica de animación stop motion para explorar la complicada coexistencia entre nuestros instintos y rarezas particulares contra las convenciones sociales civilizadas, así como la importancia de la aceptación propia para facilitar un equilibro entre polos. El relato, bellamente producido, es el eco de la voz que Anderson había venido construyendo hasta aquél momento: la historia cuenta acerca de un audaz zorro de personalidad magnética y famoso pasado, ahora domesticado bajo el rol de cabeza de familia, y cuyas inquietudes existenciales lo empujan a revivir viejas glorias, planeando un último gran atraco a un trío de granjeros vecinos, desatando una secuencia de eventos extraordinarios que terminan involucrando no solo a su familia, sino a toda la comunidad de animales a la redonda. El elenco reúne a colaboradores habituales de Anderson con voces nuevas, encabezadas por la presencia George Clooney, a quien el rol protagónico le ajusta como guante. La música de Alexandre Desplat corona una obra cuyo mayor acierto es el balance, logrado entre la meticulosa animación, un argumento consistente y el sentido del humor, demostrando la madurez alcanzada por Anderson como narrador.
–Íver H.
1. The Royal Tenenmbaums
Año: 2001 (Tercera en la filmografía)
La película que convirtió a Wes Anderson en Wes Anderson, nada menos. Una fábula moderna sobre la aflicción por el éxito que fue, contada desde las trincheras personales de los disfuncionales y extrañísimos miembros de la familia Tenenbaum, encarnados por un elenco 10/10 que incluye a Anjelica Huston, Bill Murray, Gene Hackman, Gwyneth Paltrow, Luke Wilson y Ben Stiller. Desde la excepcional narrativa que pide prestado del racconto, pero se maneja con sus propias reglas, hasta el milimétricamente perfecto diseño de producción, The Royal Tenenbaums es la verdadera cúspide de todo lo que es el cine de Anderson hasta la fecha. No obstante, esta cinta tiene una joya única entre su gran filmografía: la escena de suicidio de Riche Tenenbaum. El poder narrativo de aquél trágico momento, aunado con el trágicamente coincidente soundtrack de Elliot Smith y su Needle in the Hay y la inconfundible estética del director, logran una trifecta dramática que nunca más hemos vuelto a ver en las películas del querido realizador; Wes Anderson nunca volvió a descender tan cerca del dolor y la angustia. Ciertamente esta escena no hace a la película, pero sin duda el poder de todo lo que nos hizo sentir le suma de manera importante a las razones por las cuales no nos podemos quitar de la cabeza a The Royal Tenenmbaums, por lo que no es de extrañarse que esta cinta haya quedado en el puesto número uno en nuestra lista.
–Bela V.