Producción: Requiem
Director: Mahalia Belo
Año: 2018
Plataforma: Netflix
En cinco líneas esta serie:
Es de suspenso y de fuerzas sobrenaturales
Tiene buena ambientación
Es entretenida hasta cierto punto
Está plagada de clichés
Desaprovecha oportunidades para sorprender
Matilda (Lydia Wilson) es una joven y talentosa chelista británica, cuya vida da un drástico y repentino vuelco al conectar el trágico y repentino suicidio de su madre con la desaparición de una niña veinte años atrás, en un pequeño pueblo de Gales. Al visitar Penllynith, Matilda desentierra un pasado marcado por la pérdida, el dolor y fuerzas misteriosas.
En un momento desafiante para sorprender al público –sobretodo en un género como este–, Requiem recurre a los viejos clichés del thriller estandarizado: misma narrativa y mismos recursos. La historia arranca con cierta consistencia y consigue despertar el interés necesario para continuar, pero a medida que progresa la historia se envuelve en una niebla que te impide observar con claridad. La premisa está llena de lagunas e incongruencias que finalmente lanzan tu interés por la ventana sin ningún remordimiento. Durante casi toda la serie una pregunta corrió en loop por mi cabeza –no diré cuál porque este es un espacio libre de spoilers– , una obscenamente sencilla y que resuelve el conflicto principal de la trama, se las dejo de tarea. Algunas veces podemos prescindir de explicaciones o argumentos porque no todo debe tener un por qué –ya saben, la vida– pero construir una premisa con tantos hilos sueltos es una parada obligada en el fracaso.
En cierto punto de la historia, entre tantas vueltas innecesarias y aburridas, perdí el punto de llegada. Dudé más de una vez a dónde buscaban llevarme, recurso que podría ser explotado para darte una cachetada y volarte la cabeza en el mejor de los casos, pero Requiem claramente no lo es. Si lo analizas, la historia incluso tiene potencial para hacer de toda la serie un cliffhanger, cosa que se vuelve imposible con una construcción tan frágil. La credibilidad de la premisa cuelga de un hilo con acontecimientos infundados o conexiones forzadas, algo así como meterte a los rincones más remotos de internet a leer teorías conspiratorias de cómo American Pie predice el dominio de sectas comunistas y satánicas en EE.UU. , o que Barack Obama es el anticristo, ¿en el mal viaje de quién estamos viviendo?
Por otro lado, la ambientación es atinada y le saca provecho al paisaje galés, aunque caiga en el cliché de pueblo misterioso entre las montañas e incluso tiene atractivo visual de vez en cuando. La actuación de Lydia Wilson es satisfactoria, comentario que me reservo del resto del cast. Requiem definitivamente no es el tipo de serie que te deja en agonía y espera por una próxima temporada, pero al menos te distrae en un domingo sin planes.