Producción: Retrato de Una Mujer en Llamas (Portrait de la Jeune Fille en Feu)
Directora: Céline Sciamma
Año: 2019
Plataforma: Cartelera Independiente

 

En 5 líneas esta película: 

Es un drama histórico

Es de producción contenida pero deslumbrante

Tiene protagónicos sólidos

Embona acción y diálogo perfectamente

No se siente como una película queer

 

    

 

Céline Sciamma, como muchos de los autores franco parlantes trabajando hoy, no es nueva para el Festival de Cine de Cannes, en el que anteriormente presentó Water Lillies (2007) su opera prima. Luego de ese y otros éxitos en festivales internacionales con sus siguientes películas, Sciamma regresó a la Costa Azul con una propuesta más madura, pero con el mismo estilo que la directora ha mantenido desde sus años de estudiante. Su trabajo le valió a Portrait de la Jeune Fille en Feu dos premios en el festival: Mejor Guión, y la Palma Queer, convirtiéndola en la primera mujer en ganar esta categoría.

La historia de Retrato de una Mujer en Llamas es una sencilla, pero que se ha probado exitosa desde que las películas de amor se comenzaron a formar en lo que conocemos hoy. Corren los años mil setecientos y Marianne (Noémie Merlant) es una joven pintora, comisionada con retratar a Héloïse (Adèle Haenel), la hija de una Condesa, para que a través de la pintura, un hombre milanés decida si quiere hacerla su esposa. La noble no desea casarse y se niega a posar para el retrato, por lo que su madre hace pasar a Marianne por una dama de compañía, quien tras observar a Héloïse durante el día, deberá pintarla a escondidas, durante la noche.

Marianne y Héloïse, por supuesto, terminan enamorándose, pero una y otra saben que tienen un deber superior a ellas mismas: de una es casarse y de la otra entregar una pintura que, justamente, sellará el pacto matrimonial.

Algo interesante de Portrait of a Lady on Fire es que bien podría ser la antítesis espiritual de Blue is the Warmest Colour (Kechiche, 2013), pues mientras una intenta encapsular la consumación de amor en palabras y miradas que se antojan perennes, la otra, una también aclamada en Cannes, fuerza el acto sexual de una manera tan grotesca que no es de sorprender que tantas directoras y actrices, muchas de ellas lesbianas, desprecien la obran tan públicamente. Con todo y lo anterior, otra cosa que llama la atención es una serie de similitudes entre la película de Sciamma y The Handmaiden (Park, 2016), no por la historia lésbica, ni la manera en que busca retratar el amor, pero por la manera en que las dos construyen la relación entre sus protagonistas: una sirvienta llegando a una gran casa para servir a una heredera rica. Hay algo con los encuadres y con la manera en que la cámara registra la interacción de las mujeres que resulta (intencionalmente o no) familiar.

Ahora, y a pesar de haberse llevado a casa la Palma Queer en Cannes, Retrato de Una Mujer en Llamas se arriesga a hacer algo que muchas películas LGBTQ no se atreverían, y es que a pesar de apenas y tener hombres a la vista, procura no parecer una película de lesbianas, su romance no es uno que se presente como prohibido porque se trate de dos mujeres, sino porque ambas saben que Héloïse, al ser hija de una Condesa, tiene una responsabilidad ajena: la de casarse con un noble, y Marianne, muy a parte de no ser hombre, no es de la realeza. Para bien o para mal, esta película podría funcionar con dos mujeres, con dos hombres, o con una mujer y un hombre, y eso la hace una gran producción. Sin embargo, el hecho de que sean dos mujeres, el retrato de esa intimidad y complicidad que comparten, la feminidad, es lo que la vuelve una película extraordinaria.

 

 

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