Producción: Sex Education, Segunda Temporada
Año: 2020
Plataforma: Netflix

 

En 5 líneas esta temporada:

Sigue expandiendo sus temas e historias

Mantiene la apertura sexual como su estandarte

Tropieza un poco con su protagonista principal

Sigue siendo entretenida y jovial

No se va a preocupar por caer en clichés

 

   

 

En verdad que los tiempos han cambiado, bueno, al menos eso es lo que nos dice la televisión. Sex Education aterrizó en la plataforma Netflix el año pasado como una serie de comedia adolescente, tanto por sus protagonistas e historias como en su tono, pero con una franqueza para hablar de sexo abiertamente, así como mostrar una diversidad que no se ve exactamente en todos lados. En su segunda temporada, la serie llega recargada de energía y con más ganas de seguir empujando la vara, en cuanto a entretenimiento mundano se refiere.

Sex Education, al estar disponible en Netflix y para todo el mundo, viene a confirmar un cambio abrupto en la manera de consumir las historias de la adolescencia en lo que viene siendo la televisión para toda la familia. Si bien este género es bastante antiguo, el adolescente que nos compartió Hollywood (los primeros en vendernos este producto) empezó su trayectoria siendo casto e inocente, y cuyas historias se centraban en la bella de la escuela y el joven más apto genéticamente. En los ochenta, el cine de John Huges hizo popular las historias de los adolescentes desadaptados, en ocasiones reviviendo el mito de la Cenicienta, y en los noventa, el género dio un giro abrupto con el realismo –y pesimismo– de Larry Clark.

En el siglo XXI, ya entrados en su tercera década, pareciera ser que la tendencia es una revoltura de personajes, sin una jerarquía discernible, en el que participan todo tipo de personalidades, colores de piel y preferencias sexuales. Roles que ya no se entregan a priori, y que podrían ser intercambiables de un personaje a otro.

Sex Education, a final de cuentas, es entretenimiento, por lo que su principal función no es la crítica social, ni avanzar el discurso respecto a este tema o el otro. No obstante, el entretenimiento sí tiene un rol importante al lado de sus consortes más serios, que es el de la normalización. Esta normalización es inclusive ya una tendencia, si se toma en cuenta la serie Euphoria, de HBO, quien tiene algo que decir respecto a las historias de adolescentes que llevan la diversidad por delante, aunque con un poco más de drama que de comedia.

Aún no estamos listos para entregarles el trofeo del wokeness a Sex Education, a final de cuentas aún no se pueden desprender del otrora acuñado término del caballo de troya blanco, ese personaje tradicional que nos ayuda a recorrer los senderos tenebrosos de todo lo que no es blanco y masculino, quien en esta temporada, por cierto, se pasa de toxiquito, por más que, al parecer, esa sea la moraleja de su arco.

Todo esto importa poco, Sex Education es entretenimiento y como tal, es bueno.

 

 

 

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