Producción: Sr. Sabelotodo (Monsieur Je-Sais-Tout)
Director: Stéphan Archinard; François Prévôt-Leygonie
Año: 2017
Plataforma: Cartelera
En cinco líneas esta película:
Es un drama que aspira ser comedia
Es digerible y fácil de seguir
Intenta poner la atención sobre un tema de relevancia social
No destaca por valores estéticos o narrativos
Resula tibia y plana
Sr. Sabrelotodo es una comedia dramática que relata la vida de un entrenador de fútbol juvenil que además de amar su trabajo, se encuentra profundamente enamorado de su soltería y libertinaje. Su vida da un giro abrupto cuando debe hacerse cargo de su sobrino Léo, quién padece síndrome de Asperger, uno de los trastornos del espectro autista.
Por un lado, concedo mérito a la producción por intentar esclarecer un padecimiento que no es completamente entendido por la sociedad y que frecuentemente estigmatiza o excluye a las personas que lo padecen. Así mismo, la película pretende remarcar la importancia de la integración social de las personas con Asperger para su crecimiento personal. Como tema secundario, apuesta por remarcar el valor de los vínculos familiares y la satisfacción que puede obtenerse de ellos.
En contra parte, la trama es demasiado simple, una trayectoria en linea recta con un paisaje homogéneo. Siendo una comedia, el humor es débil y tibio. En ningún momento la percibí como eso, sino más como un drama que de nuevo, carece de fuerza y pasa desapercibido. No logra comprometer al espectador con la trama o los personajes, incluso estos se sienten como bocetos de una obra sin terminar. La acompaña un sentimiento incipiente, de algo que aspira a ser pero se pierde en el camino sin siquiera dejar rastro.
Sr. Sabelotodo es el tipo de película que no recordarás haber visto y si lo haces, será de manera muy vaga, recordando lo suficiente para no querer verla de nuevo. Sinceramente, incluso me cuesta escribir sobre ella. No es lo suficientemente mala como para provocarme con heridas expuestas esperando a ser abiertas con párrafos detallados de fracasos e inconsistencias, ni es lo mínimamente complaciente como para enaltecer sus victorias. Es en esencia plana, digerible e inconsistente; su narrativa es plana y unidireccional, no destaca por ningún factor estético o el desempeño de su cast ni con una historia emotiva o sólida que explote la temática que persigue. Una bala perdida.
Definitivamente no es la opción más atractiva para tu fin de semana. La película ahoga su oportunidad de voltear la mirada hacia una problemática social comúnmente ignorada o desconocida, convirtiéndola en un discurso que intenta profundizar pero termina estancado sin causar movimiento alguno en la superficie.