Antonia González AlarcónPRODUCCIÓN: TESOROS
DIRECTORA: MARÍA NOVARO
AÑO: 2017
PLATAFORMA: FICUNAM
EN 5 FRASES ESTA PELÍCULA:
Es una comedia familiar
Tiene un tono cándido
Es una mirada desde los niños para los niños
Le saca risas a los adultos
Es una buena forma de hablar con los niños sobre el cuidado del planeta
Personalmente, soy una fanática de las películas para niños. Comenzar con Tesoros, la película más reciente de la directora mexicana María Novaro, fue embarcarse en una nueva experiencia, donde yo, adulta, ya no estaba incluida. Novaro no solo tomó el lugar de realizadora en esta producción, sino también de abuela, buscando hablarle a sus nietos y a los niños mexicanos.
Jacinta (Jacinta Chávez de León), una niña de 6 años, nos narra la historia de cómo ella, sus amigos de Barra del Potosí y los güeros Dylan y Andrea (Dylan y Andrea Sutton-Chávez) –recién llegados a vivir con su familia–, se embarcan en la búsqueda de un tesoro abandonado por el pirata Francis Drake.
La película es un viaje por la costa de Guerrero, donde conocemos su fauna, gente, escuelas rurales en la playa y canciones del imaginario mexicano que todos podemos tararear; los adultos se vuelven personajes secundarios en un mundo donde los niños construyen sus aventuras. A pesar de que su narrativa se centra entre la realidad y la fantasía, el guión está cruzado por otros temas, enseñando a los niños sobre ecología y protección del medio ambiente. Jacinta explica las dudas que los niños tienen sobre lo que ven en pantalla y el diálogo abre conversaciones sobre cómo podemos cuidar el planeta y por qué.
La dirección juega con una técnica documental: una mirada simple y natural a través de las actuaciones de sus protagonistas, quienes, en realidad, casi no actúan. La fotografía, realizada por Gerardo Barroso y Lisa Tillinger, completa esto con una ejecución cándida que se siente filmada a otra altura: a la cintura, donde ven los niños.
Siendo que Guerrero es un estado que actualmente está pasando por un momento de grave violencia, la película nos transporta al otro lado de esa realidad; María Novaro hace un homenaje a las escuelas rurales y sus educadores a tres años de la desaparición de los cuarenta y tres estudiantes de Ayotzinapa, al mismo tiempo que celebra la vida y el mundo de posibilidades que le puede entregar a sus nietos (dato curioso: los güeros son interpretados por ellos).
Disfruté la película. Al acabarla, recordé esos momentos donde las cosas eran muy grandes para mis manos y las piernas demasiado cortas para la magnitud de mis aventuras. Con Tesoros, los niños disfrutan de una película infantil que muestra su país con personajes como ellos, mientras nos invita a los adultos a soltarnos un segundo y agacharnos a la altura de la infancia. Y así todos nos vamos con un abrazo de abuela con olor a sal de mar.
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