Daniel SolacheProducción: The Deuce
Creador: George Pelecanos, David Simon
Año: 2017
Plataforma: HBO
En 5 líneas esta serie:
Es la nueva propuesta de los creadores de The Wire
Narra los orígenes de la industria del porno
Tiene en su reparto a James Franco y Maggie Gyllenhaal
Se vincula al naturalismo y al realismo social
Se ubica a fines de los setenta en Nueva York
David Simon, creador de The Corner, The Wire, Generation Kill, Treme y Show Me a Hero —producciones de HBO— vuelve a unir fuerzas con David Pelecanos. Su viejo socio, escritor de novelas y programas policiacos, no es otro que quien le ayudara, casi dos décadas atrás, a ficcionalizar sus experiencias como periodista en la ciudad de Baltimore. De esta colaboración surgió The Wire, ese hermanito prodigioso de The Sopranos quien, a su manera, ayudó a afianzar la reputación de HBO como el benchmark, el fardo y modelo, de aquello en lo que se convertiría la televisión de su porvenir; una en la que la estructura narrativa no se sujetaba ya a pausas comerciales, los guiones podían considerarse grandes obras literarias y las producciones no pedían nada a las del cine.
Su nueva propuesta es The Deuce, que se traduce como el par, el segundo, el underdog o el empate, y que hace referencia, en palabras de Jefferson Grubbs, a la jerga y al pasado de Nueva York, ciudad en la que se sitúa. Concretamente, así se llamó a la antigua avenida 42, alrededor de la cual, durante los años treinta, se creó un barrio predominantemente masculino y de cultura abiertamente misógina. Así, deuce es un término aplicable no solamente al lugar o a la persona, sino a una cultura de proxenetas y todos aquellos que lucran con la sexualidad femenina, prostitutas incluidas.
Ubicada a fines de los años setenta, esta historia explora los orígenes y el desarrollo de la industria moderna de la pornografía y su relación con la prostitución callejera. En ella, los autores examinan, lejos del glamur, el erotismo y el mero ornamento, con ese realismo y naturalismo que los caracteriza, cómo el sexoservicio encontró una extensión natural de su negocio en el cine para adultos. Al modo del novelista parisino Emile Zola, Simon y Pelecanos escogen a personajes, cuyos arcos tienen un propósito mayor a presentar el conflicto privado o la experiencia subjetiva. Se trata de retratar al individuo, pero dentro de su contexto y a partir de situaciones observables, como meros elementos de una gran ciudad, ya sea París, Baltimore, Nueva Orleans o Nueva York.
Simon, periodista de profesión por casi dos décadas, explicó en entrevista reciente para Vanity Fair que Pelecanos es un escritor cercano al realismo social. Esta corriente artística surgió de individuos críticos de la terrible situación social y económica que se vivió durante la Gran Depresión de los treinta en aquel país, creadores que no veían ganancia en idealizar la realidad o fugarse de ella. El realismo social tiene, más allá de la exclusiva procuración del placer estético, la vocación de investigar, documentar y denunciar. En este sentido, en The Deuce se reconoce un intento por mostrar y articular las experiencias de personajes, muchos basados en personas reales, relacionados a un negocio lucrativo, pero plagado de violencia y explotación.
Manteniéndose fieles a su sentido periodístico y a sus inclinaciones sociológicas, Simon y Pelecanos no se ocupan de valoraciones y juicios morales. Estos, si acaso, están implicados en la selección y presentación del material dramático. Como pasa en la vida, ante una misma realidad, ante una misma obra, cada cual deberá sacar, críticamente, sus propias conclusiones.