Producción: The Girlfriend Experience
Creador: Lodge Kerrigan; Amy Seimetz
Año: 2016
Plataforma: Fox Play

 

En 5 líneas esta serie:

Es de drama

Tiene una carga sexual como parte de su premisa

Tiene buen elenco

Tiene buena fotografía

Por momentos no es uniforme en su calidad

 

   

 

La premisa de The Girlfriend Experience es sencilla: mostrar la vida de la joven y bella Christine (Riley Keough), una escort quien se siente atraída por la posibilidad de obtener grandes cantidades de dinero prestando su compañía a hombres de élite. Al pensarlo por un minuto, el elemento esencial es el sexo, ¿no? Ahí todo bien, ¿pero esta carga sexual es suficiente para mantener el interés del espectador? ¿Basta con mostrar treinta minutos de escenas sexuales tan explícitas como lo permite la televisión? ¿Cuál es la línea a cruzar entre lo erótico y lo vulgar? Bueno, es circunstancial, pero la principal diferencia entre ambos términos radica en el discurso que sustenta a la imagen; en lo erótico, el cuerpo como un instrumento o eje periférico del discurso.

Algunas de las grandes producciones para la televisión de esta década han hecho un uso excesivo de este elemento, que fuera de ser discursivo se ha usado para entretener, y que gradualmente se ha vuelto más gráfico. En el caso de The Girlfriend Experience, al relatar la vida de una prostituta parece obvia la fuerte presencia del sexo, pero en esta producción se puede apreciar el esfuerzo de las creadoras Lodge Kerrigan y Amy Seimetz por no debilitar la historia a pesar del inminente tono sexual de la serie. Durante los primeros capítulos se puede notar un cierto vacío discursivo, y la carga sexual se convierte en un gancho evidente. Pero, a medida de que la serie avanza, esta se torna oscura, y es ahí dónde el sexo se vuelve tan solo un elemento más. Al mismo tiempo se puede notar la evolución de Keough; en un principio su actuación se puede describir como fría, en parte porque el personaje lo amerita, pues estamos hablando de una mujer con serios problemas de confianza, pero el personaje crece con la trama, y la actriz nos termina por ofrecer una actuación contundente y sólida. En los últimos momentos de la serie Christine es una mujer independiente, que disfruta libremente de su sexualidad, sin tabús, a pesar de la forma peyorativa con la que es percibida por sus círculos sociales al descubrir su profesión.

Finalmente, el valor estético de la producción logra armonizar cada escena de sexualidad, porque si que las hay, exaltando la sensualidad de los personajes y el ambiente que los envuelve, y transmitiendo esa carga erótica con elegancia. Los fans de la guapísima nieta de Elvis Presley disfrutarán mucho de la producción, y si eres su fiel seguidor y no haz visto The Girlfriend Experience, ¿qué esperas?

 

 

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