Producción: The Man in the High Castle, Tercera Temporada
Año: 2018
Plataforma: Amazon Prime Video
En 5 líneas esta temporada:
Continúa ampliando el universo de la serie
Tiene más toques de ciencia ficción
Sorprendentemente hay peligro para algunos de nuestros favoritos
Queda a deber en el tema de la contracultura
Se siente como una temporada transitoria
No hace mucho tuve la fortuna (?) de toparme con Iron Sky (Vuorensola, 2012), una película astro-germana que abordaba el tema del nazismo desde una ciencia ficción de bajo presupuesto y su toque de sátira. La premisa de aquella película es que una facción de los nazis pudieron escapar la derrota total de la Segunda Guerra Mundial, escapando y asentándose en… la luna. Y un buen día deciden regresar a la tierra con sus mismos sueños de conquistar el mundo. Increíblemente la película logró hacer una mezcla, con resultados mixtos, hasta llegar a una invasión de nazis del espacio. Madre mía.
Cuál fue mi sorpresa que en la tercera temporada de The Man in the High Castle, nos esperaba nada más y nada menos que algunos toques de esa ciencia ficción serie-b nazi, parafernalia incluida.
La historia del ocultismo nazi en la cultura popular está bien registrada. Desde Indiana Jones, pasando por Hellboy y Marvel y terminando en una infinidad de producciones seriamente dedicadas al tema. La doctrina tan aberrante del Nacional Socialismo estaba, de por sí, tan alejada de la realidad, que nos es fácil colgarle cualquier otra ocurrencia que se nos venga a la cabeza.
El morbo de The Man in The High Castle es uno de sus grandes atractivos: el echar un vistazo a cómo sería el mundo si aquella facción hubiera ganado la Guerra y con qué facilidad el sector más conservador de la sociedad Norteamericana hubiera adoptado el Nazismo. La serie, que en su primera temporada fue casi exclusivamente una distopia con toques de historia de espías, paulatinamente se ha ido transformando en algo más locochón. En su segunda temporada, la serie dio el gran paso a la fantasía, y de paso mostrándonos a través de mundos paralelos, un comentario social subrayando aquello que se ganó al haber derrotado al imperio Japonés y al Tercer Reich: el derecho a la contracultura de los sesentas (la cual desafortunadamente, a pesar de su inspiradora belleza, se vio derrotada). En esta tercera temporada se da un salto definitivo a una historia de ciencia ficción –no sin perder las raíces fantasiosas y de travesía del héroe escogido, arraigada en el personaje de Juliana Crain (interpretada por la gran Alexa Davalos)–, pero pareciera ser que siguientes temporadas (la cuarta ya anunciada) se empezarán a decantar por una invasión nazi de universos paralelos, para lo cual se necesitarán recursos, pues ya no estamos hablando de historias de espías, sino de enfrentamiento de ejércitos.
La tercera temporada queda a deber en lo que vende en sus promocionales: aquella lucha por la libertad y la independencia de los sesentas, de la cual esperábamos ver su versión en este universo paralelo; algo que inclusive venía acompañado por un cover de U2. No se dio, si acaso se plantaron las bases para que este movimiento explote en la cuarta temporada. Por el momento la nación americana siguen estado bastante oprimida por el imperio nipón y cómoda con el Reich Americano.
The Main in The High Castle sigue siendo una serie entretenida, de altísima calidad y de una propuesta diferente a lo que hay en la melcocha que es el entretenimiento on demand de hoy en día. Debe ser que aún nadie tiene Amazon Prime, pero esta es una de las mejores series que se puede ver y parece que a nadie le importa mucho. Aquí espero a mis colegas fans con el violín más pequeño del mundo.