Producción: THE WITCHES
Dirección: Robert Zemeckis
Año: 2020
Plataforma: HBO MAX
En 5 líneas esta película:
Es de fantasía y aventuras
Es una versión más ligera y esperanzadora de la obra de Roald Dahl
Será entretenida para un público sin muchas ilusiones
Es la antítesis materializada del terror
Las brujas son las más ausentes en esta narrativa
Alabama, sureste de los Estados Unidos, 1960. Un desvío de carretera es lo único que separa a cualquier transeúnte del Hotel de Isla Grand Orleans Imperial, una inmensa mansión de color blanco y balcones majestuosos.
Las brujas llegaron a la recepción por la mañana, destilando elegancia y perspicacia con cada paso que daban. El gerente del hotel las recibió con la cordialidad que era necesaria, mas cuestionado por una pregunta extraña realizada por la bruja líder: «¿Qué haría si hubiera ratones corriendo por todo el hotel?». Era una suposición hipotética, claro está. Pero no por eso la respuesta del gerente dejaría de incitar una risa maliciosa en la aparente mujer: «Llamaría, probablemente, al exterminador».
Es así como comienza a cobrar vida otra adaptación cinematográfica de una de las historias más interesantes de la literatura infantil. De la mano del director Robert Zemeckis y los productores Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón; se trata de la singular, algo aterradora, algo divertida y algo familiar película de Las Brujas (The Witches).
La historia está inspirada en la obra del escritor Roald Dahl, quien también nos trajo otros títulos como: Charlie y la Fabrica de Chocolate, James y el Melocotón Gigante y la popular Matilda, por mencionar algunos. Esta es la segunda vez que las brujas y su malévolo plan de convertir a todos los niños en ratones llegan al cine; la primera adaptación se estrenó en 1990, dirigida por el director Nicolas Roeg y producida por el gran Jim Henson.
No puedo hablar mucho de la versión de los noventa, porque apenas y recuerdo haberla visto, aunque no es ningún secreto que la visión de Roeg (que protagonizó Anjelica Huston) fue tremendamente odiada por el propio Dahl, ya que éste no compaginó con los cambios que sufrió su historia para darle al final de la película una tonalidad más esperanzadora; mas a pesar de todo esto, fue de igual forma un filme que garantizó, gracias a su escalofriante puesta en escena, las inquietudes y los sustos intensos que su generación demandaba y/o esperaba de esta clase de narraciones fantásticas.
La versión de Zemeckis, que es la que nos hace coincidir en este texto, es la antítesis materializada del terror, ya que por sí misma evoca todo lo contrario a las sensaciones intensas que generó su predecesora. Tiene colores remarcados, abrumadores movimientos de cámara y una forzada apariencia visual para sumergir al espectador en una aventura con el encanto suficiente para llegar hasta su tibio desenlace (en su mayor parte gracias a la dulce y estereotipada Octavia Spencer en sus roles de soporte).
El guion cumple a la perfección con ese dulce objetivo, por lo que la película resulta entretenida y alentadora en mayor parte; pero no le hace honor al peso de su nombre y mucho menos supera el trabajo previo de Roeg. Las brujas son las más ausentes en esta nueva narrativa visual, adornada con la horrible voz de Chris Rock como ese narrador omnisciente en el relato.
El conflicto principal cayó en una espiral apresurada que buscó resolver todo de la forma más rápida y simple posible. No sé por qué Zemeckis, del Toro y Cuarón prefirieron irse por la tangente creativa y convertir la película en el visitante incómodo que se va temprano de una reunión de amigos sin decirle adiós a nadie.
Minuto a minuto esta aventura pierde esas cualidades que ya la habían caracterizado en el pasado y aunque te garantiza de todas formas un viaje con nuevas reflexiones y aprendizajes para los más pequeños de la casa, para ti dependerá de que tan permisivo seas con los nuevos cambios para salir satisfecho con la experiencia, ya que ni el encanto de Anne Hathaway es suficiente para olvidar que las brujas de Robert Zemeckis no son lo que nos prometieron que iban a ser.