Producción: Thunder Road: Juntos en la Tormenta
Dirección: Jim Cummings
Año: 2018
Plataforma: Cartelera
En 5 líneas esta película:
Es una comedia negra
Tiene un gran protagónico
Es un drama sencillo pero poderoso
Puede tardar en convencernos
Aterriza de gran manera su desenlace
Luego del éxito del cortometraje Thunder Road (2016) en el Festival de Cine de Sundance, el escritor, productor, director y actor Jim Cummings, tomó su proyecto y el dinero de una campaña de Kickstarter para realizar un largometraje homónimo que triunfó durante 2018 el Festival SXSW en Austin, Texas, una de las mecas del cine independiente norteamericano.
Cummings fue colaborador del canal de YouTube College Humor, del cual se desentendió por no encontrar ahí una voz propia y un genuino amor al storytelling audiovisual, sino un sentido estricto de entretenimiento comercial. Tras su salida filmó una serie de cortometrajes financiados de forma totalmente independiente, entre los que destaca The Robbery (2017), hasta llegar a su primer material de larga duración, que al igual que el cortometraje, toma la canción del Boss, Bruce Springsteen, como una guía moral para el personaje principal.
Protagonizada por el mismo Cummings, la cinta va de un policía sureño que tras la muerte de su madre busca reconectar los lazos con su hija emocionalmente distante y rebelde, lidiar con su divorcio y con la idea de que su figura de autoridad dentro de su comunidad es por demás escueta. Todo en un viaje interno a través de sus emociones y desvaríos.
Si con su cortometraje Cummings nos mostró una escena bochornosa sobre un hombre abriendo su corazón en el funeral de su madre (al estilo Bojack Horseman, llevado al siguiente nivel), la cinta nos muestra el duelo que le sucedió a su pérdida y la manera en que este hombre vulnerable y perdido decide hacer frente a los cambios que están por venir en su vida. El resultado es una comedia ácida, áspera y negra que incomoda al espectador al mismo tiempo que humaniza al personaje principal, Jim Arnaud, que recuerda a otro viaje introspectivo que también partía del duelo: el de Casey Affleck en Manchester Junto al Mar (Lonergan, 2016), siendo una gran diferencia la poca contención de Arnaud.
Hecha enteramente para relucir las actuaciones, la película es filmada de la manera más sucinta posible y presta particular atención a las reacciones del reparto ante situaciones insólitas, sobre todo las del protagonista, cuya verborrea expulsa sus emociones sin ningún filtro concebido por las reglas de la convivencia social. Un compendio de momentos tormentosos dentro de la intimidad de un hombre poco inteligente emocionalmente, vistos desde un punto de vista casi voyerista, que logran conectar con el espectador gracias a la transparencia del personaje, una interpretación matizada entre la comedia disparatada y el melodrama intenso y la capacidad de explotar el mecanismo de defensa que la risa posee frente a la incomodidad.
Cummings no sólo logra una acertada opera prima, sino también se convierte en un estandarte del cine independiente norteamericano como en sus inicios lo hicieran otros como Jim Jarmusch, Wes Anderson o Noah Baumbach. Resulta sobresaliente que en la era post-franquicias, el nominado al premio John Cassavetes de los Independent Spirit Awards, encuentre en su ascenso al reconocimiento una oportunidad para asumir su calidad de independiente, como si de una militancia política se tratara.