Producción: Máquina Asesina (Upgrade)
Dirección: Leigh Whannell
Año: 2018
Plataforma: Cartelera
En 5 líneas esta película:
Es de acción y venganza
También es ciencia ficción
Es creación del guionista y director de Saw e Insidious
Es una fábula sobre las consecuencias de la tecnología
No se salva de los clichés del género
Durante su intervención en una conferencia de la Asociación Nacional de Gobernadores, Musk mostró sus reticencias y animó a los políticos presentes a crear una regulación sobre el uso de la inteligencia artificial y a hacerlo cuanto antes [… ] En sus palabras, el uso sin control de la IA es algo parecido a invocar al demonio. «No paro de hacer sonar las alarmas, pero hasta que la gente no vea robots en la calle matando a otras personas, no saben cómo van a reaccionar porque todavía parece algo muy etéreo», comentó durante su ponencia. «La IA es un extraño caso en el que necesitamos ser proactivos con la regulación y no reactivos. Porque para cuando seamos reactivos con la regulación de la IA, ya podría ser muy tarde». El mundo.es 17 de julio del 2017
Gray Trace (Logan Marshall-Green) es un hombre a la antigua, reconstruye Pontiacs (Blackbird del 77, parecido al de Bandit) y parece no sentirse agusto con la tecnología a pesar de vivir en, lo que es para nosotros, el futuro; su esposa Asha (Melanie Vallejo) no entiende dicha animadversión con la tecnología pero ama a su esposo y ambos son felices con esas diferencias. Sin Embargo, su amigo Eron Keen (Harrison Gilbertson) un empresario millonario, les confiesa a la pareja en una visita a su casa, que ha desarrollado la herramienta capaz de controlar todo aquello dentro de su alcance. El invento no produce más que recelo en Gray. En su regreso a casa son víctimas de un ataque en donde Asha es asesinada y Grey termina tetrapléjico. Ante la pérdida de su esposa y su cuerpo, Gray ha dejado ir toda esperanza y solo quiere morir, sin embargo, Eron le ofrece la oportunidad de volver a caminar, ofreciéndole STEM como medio para recuperar la movilidad. Reticente, Gray acepta, pero manteniendo su propia agenda: encontrar a los asesinos de su esposa; no sin las respectivas consecuencias, pues a la primera oportunidad STEM (Simon Maiden) demostrará que no solo ha hecho a Gray una persona solvente y útil, también lo ha convertido en una arma letal involuntaria.
El debate de tecnología y humanidad no es ajeno a Hollywood, desde Blade Runner (Scott 1982), The Terminator (Cameron, 1984) hasta The Social Network (Fincher, 2010) pasando por la vida de Steve Jobs o los habitantes de Silicon Valley, al cine estadounidense le interesa plantear el tema. Upgrade: Máquina Asesina es una obra de Leigh Whannell, un director y guionista australiano que es más conocido por haber escrito una buena parte de las entregas de Saw o Insidious. En esta cinta, el realizador pareciera que busca desmarcarse del terror para hacer una fábula de ciencia ficción sobre las consecuencias que representa la inteligencia artificial, tecnología que cada día está más cerca de nuestra vida diaria. Sin embargo, se termina convirtiendo en una película de acción y venganza, con giros en la trama bastante predecibles desde el inicio de la cinta, con muchos vacíos en la historia pero con coreografías increíblemente bien realizadas y atípicas. Hay momentos –varios– en los que Marshall-Green parece desprenderse de su cuerpo y pelear de manera fluida, pero sin que su cabeza estuviera en control, suena raro pero es una de las cosas mejor logradas de la cinta. Los antagonistas resultan imprecisos y con motivaciones ambiguas, claro, forma parte de la trama que se resuelve en el último acto del filme con cierta lógica, pero alguien que haya visto películas de Hitchcock no va a tardar en comprender el meollo del asunto. No malinterpreten las palabras de este humilde y conspiranóico golpeateclas, la historia tiene una gran e importante moraleja que es aplicable a nuestros tiempos, es ahí en donde subyace el mensaje de la película y es por lo cual merece la pena ir a verla.
Up… date: Dado que el carisma del empresario millonario puede hacer que algunos levanten la ceja ante la referencia, y más después de su episodio canábico y sus twitts crípticos, Elon Musk no fue el único que ha levantado la voz para poner atención a la inteligencia artificial. En su momento, el decimoséptimo académico de la Cátedra lucasiana en Cambridge –Isaac Newton fue el segundo–Stephen Hawking se pronunció con poca sutileza sobre el tema.