Producción: Viene de Noche (It Comes at Night)
Dirección: Trey Edward Shults
Año: 2017
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película:

No es la típica película de terror

Tiene una gran fotografía

Es inquietante y sombría

Sabe crea una gran atmósfera

Presenta una problemática radicada en las emociones humanas

 

   

 

En un mundo devastado por una extraña y sumamente contagiosa enfermedad –de esas que en menos de un día se manifiesta por completo volviendo tu piel pálida con feas y enormes ampollas, vomitas un liquido negro, tus ojos se tornan completamente negros y pierdes consciencia de ti mismo– todo se ha vuelto escaso y el miedo a la infección o perder lo poco que te queda (sean víveres o seres queridos) es una sensación latente en cada momento. No, contrario a lo que parezca, no estamos hablando de una película de zombies, tampoco hay monstruos, ni fantasmas, ni asesinos psicópatas, sólo el intento desesperado por sobrevivir. En este contexto Trey Edward Shults plantea su segundo largometraje, It Comes at Night, una cinta que te mantendrá confundido e incierto desde el primer segundo.

Paul (Joel Edgerton), Sarah (Carmen Ejogo) y su hijo adolescente Travis (Kelvin Harrison Jr.) viven en una cabaña en medio del bosque. Desde un principio sabemos que las cosas no andan nada bien, los vemos utilizar mascaras de gas y guantes mientras se despiden del abuelo. Su vida, aunque tranquila, está lejos de ser pacifica; la familia tiene estrictas reglas que funcionan casi como un estilo de vida: uso obligado de mascara y guantes en ciertas situaciones, siempre salir en pares, mantener ventanas selladas, la entrada y salida está limitada por una puerta que da a otra puerta y ambas siempre deben estar bajo llave, y, por último, nunca salir de noche. Shults insinúa en todo momento el peligro que acecha allí fuera, sin embargo, no tiene prisa por ofrecernos mayor pista sobre eso, su cinta nunca se revela como la tradicional película de terror, aquí no hay verdadera acción violenta. Los villanos no son más que las propias emociones humanas.

Con la eventual aparición de una segunda familia, se ponen a prueba los juicios morales de los personajes. La convivencia es necesaria y hasta placentera, en cierta escena donde Will (Christopher Abbott), el padre de la segunda familia, le enseña a Travis cómo cortar madera es una clara muestra de lo indispensable que es vivir en comunidad, empero, ¿hasta qué punto está permitida esta abertura para mantener a salvo a tu familia? Todo el tiempo se respira en el ambiente cierta incertidumbre que invade por completo a cada personaje e incluso a cada espectador. Estas personas ya no tienen una vida como tal, o mas bien, su vida radica únicamente en no perderla, han llegado a ese grado de paranoia en donde el principal peligro ya no es lo que hay en el exterior. No confiar en nadie se vuelve una regla más.

La gran fotografía de Drew Daniels, el ritmo pausado (suaves transiciones y calmosos movimientos de cámara) y tomas iluminadas por la misma luz dentro de la escena (lámparas, velas) crean la principal cualidad de la película, una atmósfera sombría e inquietante. Si el misterio se sostiene durante gran parte de la historia es gracias a esta atmósfera que Shults logra con eficacia, aún con uno que otro jump scare, la tensión proviene de la técnica con la que el director lleva el relato.

No espere la típica película de terror o suspenso con acción y devastación. It Comes at Night trata sobre lo que pasa después, sobre enfrentarse a un mundo donde ya todo se jodió; tampoco espere la tradicional película post-apocalíptica, en realidad a los personajes no les falta nada para sobrevivir, la problemática viene de la paranoia e incertidumbre causada por desesperación de no perder a los seres queridos. Si bien llega un punto en que los personajes se comportan justo como lo esperamos: actitud sobreprotectora de los padres, madres que defienden incondicionalmente la decisión de su esposo y los hijos que terminan siendo testigos de la desesperación; y el final tampoco es tan certero como se esperaría –aunque no resulta tan desapropiado tomando en cuenta que la cinta juega todo el tiempo con la incertidumbre e incomodidad – Shults nos entrega una de las mejores películas de terror del año. El contexto sólo es la justificación para abordar una problemática humana.

 

 

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