Producción: Ghost in the Shell (Vigilante del futuro)
Director: Rupert Sanders
Año: 2017
Plataforma: Cartelera

 

En cinco líneas esta película:

Es la adaptación de un manga de 1989 y una película animada de 1995

Trata la búsqueda de la humanidad en un futuro altamente tecnológico

Tiene buen protagónico

No es la obra maestra de la ciencia ficción ni del cyberpunk

No será la última que veremos

 

 

 

Un ataque terrorista ha destruido el cuerpo de Mira Kilian (Scalett Johansson) pero no su cerebro. La doctora Oulet (Juliette Binoche) salva la vida de Mira pero además le da un regalo: su cuerpo es el de un organismo cibernético, cyborg, aunque su cerebro y su espíritu, su ghost, sigue siendo humano, siendo así la primera de su clase. Un año después, la Mayor Mira Kilian es una operativa de alto rango dentro de la Sección 9, una agencia gubernamental encargada de operaciones contra el terrorismo y seguridad nacional; y por ende es la encargada de repeler e investigar el ataque de un infame hacker/ciberactivista, llamado Kuze (Michael Pitt), quien tiene como fin acabar con Hanka Robotics, la compañía encargada de crear a Mira.

Me permito un párrafo muy personal. Hace 20 años, en una tarde lluviosa de septiembre, me encontraba absorto ante la incomprensible trama de una película de animación japonesa. La vi hasta el fastidio por los siguientes años. Me ayudó a comprender los métodos narrativos en una cinta, la compleja estructura cinematográfica; comencé a amar el género cyberpunk, a tenerle respeto al futuro –como toda fábula de ciencia ficción– y, ante todo, comprender que no todas las grandes historias en el cine son contadas a través de una cámara, sino que pueden ser ilustradas y aún tener la misma profundidad (disculpen la extensión y el modo, pero tenía que decirlo así).

Es una pena que Vigilante del Futuro no sea una película de culto dado el pedigrí que le antecede. Se inventaron personajes, por ejemplo Kuze, que no se parece ni por asomo a 2501. Se modificaron otros como Togusa, que sigue ocupando una autorevolver Mateba (por miedo a que las pistolas se encasquillen), pero ya no es el detective asertivo de la original. La historia sigue una planificación para que continúe pero no para que perdure. Si bien el filme es muy estilizado, la cinta no tiene un estilo definido. Rupert Sanders ejecuta una dirección sencilla, sin andamiajes complejos para centrarnos en los conflictos de la mayor Kilian . El fan service es constante para mantener uniformidad del universo, un huevo de pascua que solo los entendidos comprenderán.

Al ser una película de ciencia ficción, el diseño de producción debería ser crucial, pero se pierde entre tanto merengue: aparadores holográficos, robots japoneses ultra serios, implantes cibernéticos con luces estrambóticas y referencias a Blade Runner. Scarlett Johansson es el pilar de la cinta, que si bien a ratos se tambalea en su input histriónico nunca pierde el equilibrio, pero se debe a que Mira Kilian es un personaje laxo y simple de ilustrar. El error de la cinta es pretender ser continuable y no perdurable, y está chido el fan service, pero la movida fue arriesgarse con una estrategia de marketing a contar una historia que pudo quedar en la memoria colectiva. En lugar de eso, Vigilante del Futuro solo hace referencia al pasado.

 

 

 

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