Mauricio GuerreroPelícula: Western
Dirección: Valeska Grisebach
Año: 2018
Plataforma: Cartelera
En 5 líneas esta película:
Retoma elementos del cine western
Tiene un buen guion
Tiene una voz honesta
Cuestiona los estereotipos
Puede ser algo lenta
Valeska Grisebach es una directora de Bremen, Alemania, cuya corta carrera de apenas tres filmes le ha valido un nombre de armas tomar. Con Mein Stern (2001) y Nostalgia (2006) comenzó a repuntar en los festivales europeos menores, mientras que con Western (2017), su tercer y más reciente largometraje, alcanzó la terna de una Cierta Mirada en el Festival de Cine de Cannes del año pasado.
Con el apoyo Maren Ade, directora de Toni Erdman (2016), y con guion firmado por la misma Grisebach, Western es una retorcida pero profunda revisión al género de vaqueros o del viejo oeste, históricamente hipermasculinizado, violento y a todas luces estereotipado. En la historia, un grupo de obreros alemanes llegan a un pequeño pueblo en la frontera de Bulgaria con Grecia, con la misión de instaurar un centro hidráulico que abastezca al pequeño poblado. Ahí conocemos a Meinhard, un hombre solitario y taciturno que es nuevo en el grupo de obreros, quienes se refieren a él de esta manera, mientras que para los lugareños será El Legionario, al sacarse de la manga un pasado militar que a ciencia cierta nadie conoce bien.
Grisebach plantea los elementos clásicos, canónicos del western y los traspasa a un contexto europeo, contemporáneo y mas que salvaje, rural: un forajido, un pueblo pequeño, un comisario (o legionario, pues), un antagonista que se vale de su masculinidad, un caballo y una amistad entrañable. Para la realizadora, la barrera del lenguaje no será un impedimento para el camino reflexivo del personaje principal, quien, a pesar de no sostener la comunicación necesaria con los lugareños, encontrará en ellos un sentido de pertenencia que su estatus como outsider no le daba en su tierra ni con su gente. Por otro lado, el choque cultural entre búlgaros y alemanes estará velado por una serie de conflictos y roces que tensan la relación entre ambos grupos, nunca terminando de manera violenta, aunque se queden a nada de, recordándonos que no todos los conflictos se resuelven por la vía violencia.
Este pequeño giro no sólo plantea una refrescante vuelta al género, sino un cuestionamiento hacia los lineamientos de las masculinidades estereotipadas, donde el más fuerte domina y somete a los demás, sino que para Grisebach, es la acción colectiva, la comunidad, la hermandad y el diálogo lo verdaderamente útil.
Lo constructivo antes que lo destructivo es lo que motiva el encuentro entre dos pueblos, cuya meta es realizar la obra encomendada o entablar una amistad improbable (sea entre Meinhard y un potro, un joven o un búlgaro que no habla alemán) para llevar la fiesta en paz.
Western es una obra pequeña, modesta y sencilla en la forma, pero en el contenido resulta una reflexión mayor, que cuestiona los lineamientos fijados en la vieja Europa (y en general en occidente) tanto en las narrativas de ficción como en la meta-narrativas de la sociedad.