Producción: Westworld
Año: 2016
Plataforma: HBO

 

En 5 líneas esta serie:

Es ciencia ficción y western

Tiene buen guion

Tiene buen elenco

Es por momentos cerebral

Tiene lagunas en su mitología

 

   

 

Westworld tenía la gran responsabilidad—y el estigma—de ser el nuevo estandarte blockbuster de HBO tras el inminente ocaso de Game of Thrones. Antes de entrar en detalles el resultado es claro: misión cumplida.

La realidad de las cosas es que lo único que tienen en común ambas megaproducciones pudiera ser el carácter de blockbuster; obviando las diferencias en la forma (fantasía vs. ciencia ficción, etc.), Game of Thrones es una serie, si me permiten ser tan vulgar, de trogloditas para trogloditas. El atractivo de la adaptación de la saga de George R.R. Martin siempre fue—más allá del juego—la sangre, los dragones, los zombies, y demás delicias que tanto hemos disfrutado a lo largo de siete años. Westworld tiene violencia y sexo, no podría ser estandarte de HBO de otra forma. Pero el gran atractivo de su primera temporada han sido los juegos mentales que la producción le ha propuesto al espectador; desde un sitio de internet de la corporación ficticia dueña del parque de diversiones, pasando por las claves que cada capítulo fue dejando para que el espectador adivinara a cuenta gotas uno de los grandes quiebres de la historia (el cual por cierto adivinaron por ahí del capítulo cinco), y terminando en el mentado laberinto, el cual irónicamente los androides le echaban en cara al Hombre de Negro que no era para él. Y digo irónicamente porque justamente este aspecto es al mismo tiempo el núcleo de la serie y un filtro para los espectadores, por que definitivamente esta producción no es para todos. Se terminó la temporada y aquellos que no hayan querido invertir un poco de materia gris seguro no entendieron de que se trataba el laberinto, y a otros ni les importó.

Westworld es un blockbuster, pero es un blockbuster de Jonathan Nolan, quien para los que no sepan, es hermano de Christopher Nolan, pero también el creador de algunas historias que tal vez todos conocemos y disfrutamos: Memento, The Dark Night e Interstellar. La característica de los Nolan es darle a sus megaproducciones un chanfle que haga trabajar la lógica de sus espectadores. En Game of Thrones lo único que se trabajó fueron los músculos de la cara ante tanto terror, angustia y sorpresa.

Es difícil saber si Westworld le está apuntando a múltiples temporadas, y de ser así si Jonathan Nolan tiene algún interés en permanecer tan involucrado a lo largo de una extensa duración. También es complicado mantener la frescura y calidad narrativa de una primera temporada a lo largo de un arco tan duradero. Le pasó al mismo Game of Thrones, el cual gozó en un sus primeras temporadas el lujo de matar a los personajes favoritos de los fans y darle victorias a los villanos; ya no lo puede hacer, conforme se acerca a su final la historia se vuelve más complaciente cada vez, al punto que lo vemos dirigirse hacia el mismo final que todas las historias de su tipo que vinieron antes.

Ante tanta opinión y tanta especulación los hechos siempre: Westworld rompió récord de audiencia para una primera temporada en HBO, aquella casa de las mejores series de la historia. La serie por supuesto fue renovada para una segunda temporada, y si somos sabios y le hacemos caso al episodio final, en 2018 veremos no solo más de Westworld, sino de Samurai World, y a ver que otro más, por mi mejor—soy materia dispuesta para una temporada más, tal vez dos.

 

 

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