Ivan Elvira ReyesPRODUCCIÓN: WONDER WHEEL
DIRECCIÓN: WOODY ALLEN
AÑO: 2017
PLATAFORMA: Cartelera
EN 5 LÍNEAS ESTA PELÍCULA
Muestra el lado dramático de su director
Tiene personajes interesantes
Es visualmente bella
Tiene a Kate Winslet haciendo un gran trabajo
Remite a otras cintas de Woody Allen
Woody Allen siempre se ha balanceado entre la comedia y el drama, aunque en algunas de sus películas predomina notoriamente su particular sentido del humor y en otras opta por una tragedia. Wonder Wheel, la más reciente cinta del octogenario director, pertenece más a esta segunda categoría, pero con un toque personal al remitirnos a ese alter ego Alvy Singer de Annie Hall: «mi analista dice que exagero, pero crecí en una casa debajo de una montaña rusa en Coney Island”, dice Alvy en aquella cinta de 1977. Allen parece retomar esa idea y ambienta su nueva película en el mismo lugar, pero en un departamento casi debajo de una rueda de la fortuna, durante la década de los cincuenta, con todo y un peculiar y pelirrojo niño –como Alvy– en el reparto.
En el centro de la historia tenemos a Ginny (Kate Winslet), una mujer madura resignada a una vida de camarera con su alcohólico esposo Humpty (Jim Belushi) y su pirómano hijo –de un novio anterior– Richie (Jack Gore). La historia es narrada por Mickey (Justin Timberlake) el salvavidas de la costa y el típico galán intelectual por el cual Allen suele incluir sus referencias literarias. Ginny se enamora de Mickey, en parte por ser un joven y guapo salvavidas y en parte también porque es un romántico aspirante a escritor que otorga en ella un alivio de esperanza a su frustrado pasado como actriz. Todo cambia cuando llega Carolina, la hija de veintiséis años del matrimonio anterior de Humpty, quien está huyendo de su mafioso exmarido.
El alivio que le otorga a la protagonista su aventura con Mickey se ve amenazado por la juventud y belleza de Carolina, ya que Mickey la empieza a ver con buenos ojos. Las características del cine de Allen están ahí: un triángulo amoroso, una frustrada mujer neurótica, el hombre intelectual, personajes extravagantes y ciertos momentos de comedia.
Cada encuadre es bellamente iluminado por Vittorio Storaro, tomando como excusa las variadas luces del icónico parque de diversiones de Coney Island, con tonalidades que siempre van a la par de la narrativa. Sin embargo, la historia es oscura y desesperanzadora, los personajes son un montón de gente esperando hacer algo mejor con su vida: Ginny con sus ilusiones fallidas como actriz, Mickey con aspiraciones de poeta, Carolina intentando terminar los estudios que dejó inconclusos durante su adolescencia, Humpty evitando el alcohol para ser un mejor esposo y no golpear a su mujer, y, quizá la más divertida pero no menos preocupante, Richie, con su peculiar pasatiempo obsesivo de incendiar cosas.
El ambiente de escándalos que se vive en la industria hollywoodense no le favorecerá a la cinta, por los problemas que arrastró su director habrá más de uno que mencione ciertos paralelismos entre la película y su creador. Pero, lo cierto es que Wonder Wheel es encantadora desde su propia dimensión pesimista.