Producción: X-Men: Apocalypse
Director:
Año: 2016
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película:

Es la tercera parte de la trilogía First Class

Cuenta con un gran elenco

Es entretenida y vistosa

Presenta la misma fórmula de siempre

Desaprovecha a su gran villano

 

  

 

X-Men: Apocalypse es la tercera parte de la trilogía First Class de dicho grupo de superhéroes. La historia se ubica en los ochentas, diez años después de los sucesos de Days of Future Past. Además de los protagonistas de la segunda parte (Beast, Mystique, Quicksilver, Charles Xavier y Magneto), la historia introduce cuatro viejos conocidos mutantes en su versión juvenil: Cyclops, Storm, Nightcrawler, y Jean Grey. Este nuevo grupo de paladines se debe enfrentar al gran villano de villanos: Apocalypse, también conocido en el antiguo Egipto como En Sabah Nur. Apocalypse es el primer mutante que existió y al parecer es el más poderoso por un proceso de acumulación. Después de ser derrotado por egipcios humanos pedestres hace cinco mil años, Apocalypse es resucitado por un grupo que salió de no se donde (y así de rápido desaparecen) y vuelve a lo que siempre fue lo suyo.

X-Men: Apocalypse sufre al querer meter demasiado en un envase muy pequeño, y lo hace si novedad para acabarla de fregar. Apocalypse, interpretado por Oscar Issac gracias a Dios, es el gran villano del universo X-Men, comparable a Thanos de los Avengers y Darkseid de Justice League. Mientras que a los otros dos les dedican un universo cinematográfico, a Mr. Nur lo despachan en 120 minutos (spoiler alert). Apocalypse, además de ser un poderoso mutante, es un gran arquitecto, modista con excelente gusto, y tiene una labia infalible para convencer mutantes a que acaben con el mundo. Esto y muchas cosas más en la película las debemos tomar al costo, incluyendo las transgresiones a las leyes de la física del personaje de Quicksilver (excluyendo mitología). La presencia de Jennifer Lawrence en el elenco pesa, pero hay la sospecha que la franquicia de X-Men ya gira a su alrededor (¿los juegos del x-men?), forzando de más a una Mystique que jamás figuró tanto. La historia coquetea con la sustancia en una viñeta de Magneto (de quien alguna vez nos prometieron una película de origen), y a pesar de ser el único personaje al que le dedican tiempo fuera de los efectos especiales, todo se queda en una muletilla para la motivación del personaje. La película cuenta con un gran elenco, al que se le une Sansa Stark en toda su joven grandeza. La presencia de varios actores de talla grande sostiene una historia que llega a depender demasiado del CGI, y logran sacar adelante mucha línea de diálogo imposible de enunciar para los meros mortales.

X-Men: Apocalypse, debido a que está situada en los ochentas, muestra vestimentas horrorosas, peinados que nunca queríamos volver a ver, y en general una atmósfera campy que no nos merecemos. La franquicia sufre más que nunca la ausencia de un universo que le de sustento a las fallas de sus películas individuales. Este último esfuerzo queda muy distante de la primera trilogía y tristemente no existe ninguna continuidad que se pueda salvar sin pretender que no nos acordamos de muchos detalles. A final de cuentas Apocalypse es una película entretenida por su elenco en pantalla y los efectos especiales de siempre, pero se queda muy corta dentro de su propio universo y del competido género de hoy en día.

 

 

 

 

 

 

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