Producción: You, Segunda Temporada
Año: 2018
Plataforma: Netflix

 

En 5 líneas esta temporada:

Nos muestra un protagónico más maduro

Expande su universo de protagonistas

Pierde un poco el encanto de comedia romántica

Es un poco más sombría pero igual de frívola

Sigue siendo buen entretenimiento

 

 

 

Aquellos que disfrutamos del humor negro siempre tenemos ese pequeño dilema de hasta donde pintar la raya; y bueno, en los días de la corrección política, esta se vuelve cada vez más difícil (o al menos difícil expresarla en público). Pero como muestra de, ya sea, cómo una historia bien diseñada puede atraparnos sin importar nuestra guía moral, o, cómo el hombre blanco se sale con la suya sin importar nada, ;a serie original de Netflix, You logró que en plena época del #MeToo, celebráramos a un personaje por demás misógino y violento (un psicópata, pues), pero adorable, no solo pasándole por alto sus múltiples asesinatos, sino que, además, le echáramos porras.

En su segunda temporada, la cual se ganó a pulso, la serie regresa con un protagónico queriéndose reformar (algo que ni en la Biblia es suficiente para alcanzar el perdón), lejos de la ciudad de Nueva York y lejos de su pasado. Pero como todos los asesinos en serie sabemos (sarcasmo), el pasado puede ser un tanto pegajoso.

Esta temporada nos da un poquito más de lo mismo, donde Joe, o Will, encuentra una mujer que le es irresistible, y para quien prepara toda una serie de artimañas para lograr una ventaja competitiva. No obstante algo parece haber cambiado en esta relación, pues esta mujer parece estar igual, o pero, de ilusionada con él. A lo largo de la temporada, una vez más, Joe tendrá que malabarear su vida personal con sus impulsos, en un afán de mostrar algo de remordimiento y empatía con aquellos a los que le narra su historia.

You es lo que es: entretenimiento mundano. Aunque el tema ya se ha intentado antes, como en Serial Mom (Water, 1994), la serie sí ha encontrado una voz auténtica entre el océano de opciones de la Televisión 2.0. No obstante aquí nadie va a ganar los premios, ni se va a hacer historia. Por lo tanto, podemos descansar en paz si es que disfrutamos de esta serie ilógica y violenta, y por qué no, misógina. Podemos disfrutar, por ejemplo, el reto de sus creadores de hacernos estar en favor el villano y en contra de la víctima/heroína, mientras más consientes somos del absurdo tal vez más nos divierte. Aquí nadie va a perder su brújula moral por una serie.

La tercera temporada está servida, en lo que podría ser una batalla en lo alto entre psicópatas, en lo que vimos durante la segunda temporada que dos pueden jugar el mismo juego.

 

 

 

 

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