Producción: Control Z
Creada por: Carlos Quintanilla; Adriana Pelusi; Miguel García Moreno.
Año: 2020
Plataforma: Netflix

 

En 5 líneas esta serie:

Es de drama adolescente

Es dinámica y breve

Te engancha desde el primer episodio

Tiene buenas actuaciones

Peca de inverosímil

 

 

En algún punto de la vida, Euphoria y Gossip Girl tuvieron un bebé juntas y Netflix decidió adoptarlo. Ese bebé se llama Control Z y es una de las más recientes adiciones al catálogo de nuestra plataforma de streaming favorita. Creada por Carlos Quintanilla, Adriana Pelusi y Miguel García Moreno, esta producción mexicana es protagonizada por Ana Valeria Becerril, Michael Ronda,  Yankel Stevan y Zión Moreno, entre otros jóvenes actores, y con una participación especial de la mismísima Lidia San José, a quien probablemente reconozcan como cliente estrella de nuestra representante de talentos consentida, Paquita Salas.

CTRL Z nos cuenta la historia del Colegio Nacional, una preparatoria privada (y presuntamente vecina de los Estudios Churubusco), moderna, chic, pero con el peor director en la historia de la televisión. Aquí estudia Sofía, una adolescente medio antisocial pero, como pasa con todos los awkward teens, tiene casi que un superpoder, que es el de la hiperobservación de todo tipo de detalles, lo que la hace una perfecta destapa-secretos y probablemente por esto le cuesta un poquitín hacer amigos.

Cuando un hacker empieza a filtrar información privada del alumnado del Colegio Nacional, dependerá de Sofía y sus dos aliados: Javier, el chico nuevo/potencial interés romántico, y Raúl, uno de los chavos populares pero que desea proteger sus secretos a toda cosa. El inesperado equipo de tres tratará de descubrir la identidad del misterioso atacante antes de que las inflamatorias revelaciones pongan en peligro a sus compañeros y las relaciones entre ellos.

Compuesta por ocho episodios de treinta minutos cada uno, CTRL Z tiene la ventaja de ser una serie bastante rápida de ver, esto sumándole al hecho de que algo que hace bien es enganchar a la audiencia desde el primer capítulo y, a pesar de que, también es cierto, no dosifica del todo bien los secretos del alumnado que se supone deberían ser ese gancho principal que nos tenga pegados a la pantalla episodio tras episodio, sí cumple su función de mantener ese factor de ¿quién es el culpable?

Donde se empieza a poner el pie sola es al momento de comenzar a revelar, precisamente, quién es el culpable, cuáles son sus motivaciones y cómo fue que montó (¡y logró!) el plan de hackear a la escuela y sus alumnos, y es que la historia, ya de por sí inverosímil (pero entretenida, hay que reconocerles eso) se vuelve demasiado complicada como para poder sentir algún tipo de alivio tras la resolución. Vaya, es absurda como poco y eso hace que el gran descubrimiento no tenga el impacto que debería.

 Algo que sin duda merece ser mencionado es eso que hizo CTRL Z y que, aunque tarde en México, eso que ni qué, no habían podido hacer ni series tan woke como La Casa de Las Flores, por ejemplo, y es contar con la participación de una actriz abiertamente trans para interpretar a un personaje trans, y además tremenda la actuación de Zión Moreno. Nos quitamos el sombrero.

¿Nuestra única queja? Lidia San José da para más, pero mucho más y fue el elemento más desaprovechado de toda la producción y de toda la historia. Ojalá para la segunda temporada podemos ver más de su personaje y cómo fue que terminó envuelta en esa sub-trama que puso en peligro su puesto en el Colegio Nacional.

 

 

add_filter( 'the_title', 'max_title_length');