Producción: Guava Island
Dirección: Hiro Murai
Año: 2019
Plataforma: Amazon Prime

 

En 5 líneas esta película:

Nace de la mente de Donald Glover/Childish Gambino

Tiene todo el estilo de Atlanta (la serie)

Tiene buen rollo musical

Es una crítica a los ideales capitalistas

Es un homenaje a la cultura afrodescendiente

 

   

 

A mediados del año pasado una fotografía viralizada en Instagram de Rihanna y Childish Gambino, aka Donald Glover, hizo resonar los rumores de una colaboración entre ellos, que muchos apuntaban a ser una película. Durante el Festival Coachella de este año dicha colaboración fue estrenada bajo el nombre de Guava Island y posteriormente distribuido por Amazon Prime en todo el mundo.

El mediometraje, de una duración de poco más de cincuenta minutos, es una pequeña fábula creada por Glover, escrita por su hermano Stephen, colaborador habitual de su serie Atlanta, y dirigida por Hiro Murai, responsable tanto de la serie como de videos musicales no solo del rapero sino de artistas como Bloc Party, Queens of the Stone Age, Chet Faker y St. Vincent.

Guava Island cuenta la historia de Deni Maroon, un músico proveniente de una paradisiaca isla que está sometida a trabajos explotadores por parte de la empresa local que controla los recursos. Maroon vive enamorado de Kofi Nova, su novia y amiga de la infancia, quien por cierto es la narradora de la historia. Cuando Deni busca hacer un festival para entretener, celebrar y dar un respiro a los habitantes de la isla, se enfrenta a una decisión que pone en peligro sus planes. Esta pequeña fábula, que quizá ya se ha explorado, y con mejor diente, en otras cintas, no solo compone una historia o una crítica sin ninguna otra referencia, sino que es parte del mundo audiovisual y del arte de Gambino, al igual que su serie o sus videos musicales.

Filmada en Cuba durante dos semanas, la intención de la cinta es realizar una especie de ilustración/diálogo con canciones recientes como This is America o Summertime Magic, que se presentan en la película como parte del discurso y del espectáculo, como lo hiciera la música de Prince en Purple Rain (Magnoli, 1984) o The Beatles en A Hard Day’s Night (Lester, 1965).

El estilo de la dupla Murai/Glover que se percibe tiene el mismo sello que Atlanta, pero al mismo tiempo se diferencia de su universo; mientras que la serie ocurre en la urbe, acá estamos en el paraíso tropical, en un punto extraño que rinde homenaje, sobre todo, a los ancestros afrocaribeños que inspiran parte de la música de Awaken My Love, último disco del cantante.

Esta creación es una mezcla de soul, funk, hip hop, pop y ritmos meramente afrodescendientes, así como una gama de colores, bailes y celebraciones que bien podrían ser extraídos del Orfeo Negro (1959) de Marcel Camus; una celebración de la negritud a la que Glover ha intentado reivindicar por años y poner en el foco de la cultura popular.

 

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