Producción: High Maintenance, Tercera Temporada
Año: 2019
Plataforma: HBO

 

En 5 líneas esta temporada:

Continúa con la tendencia de desarrollar más la historia de The Guy

Tiene un par de capítulos verdaderamente excepcionales

Sigue siendo la mejor demostración de Nueva York en la televisión

Adopta un tono más sentimental

A final de cada capítulos cierra con una viñeta irreverente

 

    

 

Mucho se habló en su momento de los méritos y fallos del movimiento mumblecore, el cual podría ser mejor definido como problemas de la gente blanca. Estas producciones que caían bajo la casilla del mumblecore se caracterizaban por mostrar problemas excepcionales de gente común y corriente –por no decir desabrida–. Y aunque pueda sonar a racismo, el tono de drama sutil de muchas de ellas podía caer en la aburrición o bien a que nos preguntáramos ¿a quién carajo le importa? Hasta que llegó High Maintenance, esa pequeña web series que la hizo en grande al ser adquirida por el ojo visionario de HBO.

La serie es del tipo antológica, en la que se cuenta las peripecias de diversos neoyorquinos, los cuales tienen en común el mismo vendedor de marihuana: un personaje extremadamente afable solo conocido como The Guy (el tipo). Pero lo que separa a esta serie de otras del tipo mumblecore, como en su momento lo dijimos, es que aquí se presenta a personas excepcionales en situaciones por demás ordinarias. Y este giro en las historias de la gente blanca (no que le falte diversidad a la serie) hace toda la diferencia.

High Maintenance entonces, se convierte en el mejor caleidoscopio para dilucidar el por qué Nueva York es la ciudad que es. Cada personaje que sale en la serie lo podemos imaginar como uno de esos pequeños nodos de energía que hacen a la ciudad esa cacofonía de personalidad y vida. Si Nueva York es el todo, cada uno de estos vecinos son las partes que lo conforma.

En la segunda temporada se empezaba a ver un mayor interés por los creadores de la serie en desarrollar más la historia de The Guy; sin dejar de tener ese balance de antología, cada vez se nos deja saber un poco más de su vida privada, de dónde viene, qué está buscando y las dudas que tiene al preguntarse a dónde va. Con esta nueva visión la serie gana y pareciera lograr esa gran pieza que le faltaba para estar completa. Ben Sinclair, cocreador de la serie junto a su exesposa Katja Blichfeld, encarna a este personaje en la nota perfecta, una que nos hace comprender cómo solo alguien con el carácter tan relajado y apacible como el de él debería llevar a cabo el trabajo que lleva a cabo, y sí ya nos cae tan bien, nos hace querer que le vaya bien, y nos preocupa cuando a alguien tan buen pedo le cae la nostalgia por tiempos mejores.

El primer capítulo de la temporada, así como el último, son dos pedazos de media hora tan bien invertidos como solo HBO nos lo puede regalar. Capítulos sencillos donde no se dice mucho, pero se nos logra transmitir tanto de la condición humana y de cómo no somos nada sin los seres queridos que nos rodean, y los que no nos rodean.

Ojalá tengamos mucho High Maintenance para rato.

 

 

add_filter( 'the_title', 'max_title_length');