Producción: John Wick: Chapter 2 (John Wick 2: Un Nuevo Día para Matar)
Director: Chad Stahelski
Año: 2017
Plataforma: Cartelera
En 5 líneas esta película:
Es la secuela a la saga de acción homónima
Es atractiva visualmente
Tiene buena de mezcla y edición audiovisual
Es de ritmo dinámico
No se salva de los clichés del género
Baba Yaga, Boggieman, o bien, John Wick, está de regreso, y sólo han pasado unas horas en la historia que el director Chad Stahelski concluyó con John Wick, Otro Día para Matar (2014). Cómo recordaremos John Wick, interpretado por Keanu Reeves, forma parte de una organización selecta y sofisticada de asesinos a sueldo, y aunque la primera parte se trató más de una venganza por parte del protagonista pues la mafia Rusa entró a su casa y asesinaron a su cachorro, en esta ocasión el sensible asesino tiene que pagar una deuda del pasado, y esa será la única opción que tendrá para poder salir de nuevo de este mundo de violencia y muerte. Aunque, sabemos, realmente no existe una salida de este complejo universo.
Se dice que segundas partes difícilmente son buenas o logran superar las expectativas que se crean en las primera; sin embargo, esta premisa queda sin lugar en esta entrega. Stahelski supera de gran manera lo que se logró con la primera entrega de John Wick. Desde el inicio de la película el realizador le da continuidad a su historia, por lo que no es necesario mudar completamente de país o darle un giro espectacular al guion y a la trama principal. Un Nuevo Día para Matar nos atrapa desde el inicio con impactantes escenas de acción construidas a partir de una gran fotografía, un regalo visual oscuro y vibrante al mismo tiempo, a partir de un paleta de colores que van desde los azules muy intentos hasta los rojos encendidos y tonalidades medias, la cual nos adentra en este mundo aparte e hiperviolento, el de la organización de asesinos de la cual nos daremos cuenta de su magnitud y alcance. Las secuencias de acción, peleas hombre a hombre o arma a arma, presentes en toda la película, pocas veces dejan un respiro al espectador. A partir de un ritmo marcado por la música y la coreografía, los momentos de tensión se vuelven disfrutables y atrayentes; la bala o el golpe se mezcla y se pierde con el beat de la música de Le Castle Vania, y el dinamismo de la cámara nos refieren a una atención al detalle del director. Aunque la película vaya principalmente sobre asesinatos, muerte y venganza, no pierde ocasión para dar toques de humor, un humor ácido por parte del protagonista y sus compañeros de escena, y lo logra sin abusar de este recurso.
John Wick puede ser una verdadera experiencia para los sentidos y un fiel testigo de que las segundas partes pueden ser igual o mucho mejor que las primeras. La secuela nos vuelve a capturar siguiendo una herencia de grandes escenas de acción, retomadas y superadas en lo técnico y lo visual. Este segundo capítulo nos sumerge aun más al mundo de la mafia y agrega personajes que cautivan y elevan el nivel de la trama. John Wick 2: Un nuevo Día para Matar aporta de manera positiva al género de acción, el cual hace tiempo no veía una producción tan bien estructurada y pensada.