Producción: Ten Percent (Call My Agent!)
Creada por: Fanny HerreroDominique Besnehard
Año: 2015
Plataforma: Netflix

 

En 5 líneas esta serie: 

Es de drama y comedia

Tiene un buen elenco

Tiene excelentes actuaciones especiales

Es honesta en sus historias

Puede no conectar con todos

 

 

 

A todos nos pasa, ¿no? Tenemos la tarde libre y decidimos que nos podemos permitir maratonear algo en Netflix. Encendemos el televisor y pronto nos damos cuenta de que no sabemos qué queremos ver. ¿Ya salió la nueva temporada de Paquita Salas? Todavía no. ¿Me atrevo a volver a ver Please Like Me? No, no me atrevo. Bueno, ¿qué hay en Agregados Recientemente? Esto ya lo vi, esto también… ¿Esa es Monica Bellucci? Y de pronto ya es la siguiente mañana y acabamos de ver tres temporadas de una serie francesa que ni sabíamos que existía. De inmediato sabemos que este descubrimiento es algo que debemos compartir con el mundo y… pues aquí estoy.

Ten Percent (Dix Pour Cent por su título original o Call My Agent! como la renombraron en Estados Unidos) es una dramedia francesa originalmente transmitida por France 2 y pronto adquirida por Netflix para su catálogo de series originales. Es protagonizada por Camille Cottin, Thibault de Montalembert, Liliane Rovère, Grégory Montel y Fanny Sydney, y actualmente cuenta con tres temporadas, todas disponibles en nuestro servicio de streaming favorito.

La historia es la de ASK, una famosa agencia de talento ubicada en París; luego de que el fundador y accionista mayoritario muere en un ridículo accidente, los cuatro agentes que conforman la empresa deberán encontrar una forma de mantener el negocio a flote y a sus clientes contentos, mientras los negocios turbios del recién fallecido empiezan a salir a la luz y se corre la voz de que la agencia podría desaparecer.

A lo mejor la acabo de hacer sonar medio aburrida, pero confíen en mí para esta, porque les garantizo que es todo lo contrario y Ten Percent podría ser una de las mejores series que no están viendo. Por un lado, está la veracidad y crudeza propia de una industria que ya de por sí es complicadísima: la cinematográfica, más monstruosa que cualquier monstruo; por el otro lado, la manera en que está escrita es tan absurda, tan desvergonzada y sí, tan francesa, que uno no puede evitar caer cautivado ante tales encantos. El hecho de que los creadores sean exagentes legítimos también ayuda.

Además de todo lo anterior, Ten Percent tiene una peculiaridad que tal vez es su mayor atractivo: Cada episodio gira en torno a un actor de la vida real, interpretándose a sí mismo como si ASK fuera una agencia de verdad. Así, el episodio titulado Isabelle trata de los agentes intentando ayudar a Isabelle Huppert a sobrellevar dos rodajes que se le empalmaron por negarse a rechazar papeles. Luego está el episodio Juliette en que un reportero e inversionista está peligrosamente obsesionado con Juliette Binoche, o el capítulo en que Monica Bellucci le pide a su representante que le consiga una cita con un hombre que no esté dentro del negocio del espectáculo.

A la vez que las peripecias de los actores y sus agentes son una fuente inagotable de risas, Ten Percent hace un gran trabajo en tomarse lo suficientemente en serio como para tratar temas delicados y relevantes en la actualidad, algo que se nota mucho, por ejemplo, en el episodio protagonizado por una excelentísima Béatrice Dalle, a quien en lo personal considero la mujer más interesante que nos ha dado el cine francés. En su capítulo, un director de cine para el que está trabajando le exige aparecer desnuda en una escena, aun cuando en su contrato no se especificaba así. Béatrice se niega y el director no entiende el por qué, cuando la carrera de esta actriz está plagada de actuaciones escandalosas y escándalos reales. Béatrice no entiende por qué es tan difícil para los hombres con autoridad entender que un no, significa no. BOOM.

Es objetivo decir que Ten Percent podría sonar como a que es de nicho, a que está destinada para gustarle a un segmento específico de la audiencia, pero la realidad es que al lado de otras grandes como BoJack Horseman y Paquita Salas, esta serie es uno de los retratos más verosímiles que se han hecho de la industria del espectáculo desde Ed Wood (Burton, 1994), y si con eso no les convenzo de verla, voy a tener que recurrir al comodín que es Isabelle Huppert, porque ¿no les encanta verla haciendo comedia.

 

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