Producción: Estación Zombie: Tren a Busán
Director: Yeon Sang-ho
Año: 2016
Plataforma: Cartelera

 

En 5 líneas esta película:

Es de zombies

Mantiene elementos clásicos del subgénero

Sabe crear suspenso más allá de la acción

Mantiene un ritmo dinámico

Es una mirada fresca a la premisa de siempre

 

    

 

En la actualidad el subgénero zombi parte de una premisa clara: luchar contra una gran parte de la sociedad que ha sido infectada y la cual ha perdido toda capacidad de consciencia, además de haber ha desarrollado un gusto por la carne humana. Teniendo claro lo anterior, Tren a Busán plantea si bien no un cambio radical, si una mirada fresca a esta premisa. La historia cuenta sobre un viaje que emprenden padre e hija; ellos van a encontrarse con la madre de la pequeña, la pareja es divorciada y el padre parece estar siempre ocupado y sin tiempo para atender a la menor. La familia emprende el camino sin esperarse que este viaje será todo lo contrario a lo que esperaban.

El director surcoreano Yeon Sang-ho nos deja poco tiempo para mantener la calma, pues inclusive antes de que el tren parta un pasajero cae al suelo en uno de los vagones, y marca el inicio de la carrera por la supervivencia. De esta manera el ritmo que lleva el tren en su travesía es el mismo que se nos propone para la narrativa: veloz y en un espacio cerrado, donde sólo se puede luchar o morir; en un tren, tal y como los conocemos, no hay hacia donde hacerse. El realizador juega con las imágenes en el exterior del tren a toda velocidad y las entrepone con las del caos adentro de este, y genera buena tensión y angustia para el espectador.

Tren a Busán propone una historia donde en realidad no tenemos un personaje que destaca sobre los demás por saber de qué manera acabar con el zombi; no hay armas ni la certeza de contra qué es lo que se está luchando, sólo se sabe que es un virus que infecta a la gente volviéndola agresiva y letal. Aquí es donde el instinto de supervivencia sale a relucir: hay que defenderse a toda costa de la extraña amenaza, aquí no importa la clase social ni la profesión, sólo las habilidades que se pueden aportar para defenderse.

A final de cuentas Tren a Busán también es un homenaje a la temática clásica del subgénero, donde la acción e intensidad va de la mano con la metáfora de una sociedad asediada por una maquinaria que busca acabar con todo aquello que esté vivo, física y emocionalmente; en el proceso desnudando el verdadero carácter del ser humano, uno sin la civilización que lo proteja. La entrega del prolífico realizador surcoreano es una nueva mirada al subgénero, no solo por su manera de ubicar la acción del afamado personaje, sino también por la forma en que despierta el sobresalto del espectador desde un aspecto también emocional.

 

 

 

 

 

 

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